Sanxenxo, uno de los puntos más importantes de vela a nivel mundial, acogió ayer el regreso de la Gala Anual de la Federación Galega de Vela. Y el evento volvió por todo alto, con la presencia del Rey emérito, Don Juan Carlos I, que fue premiado como patrón del Bribón Movistar, mejor velero de seis metros, después de vencer la Copa del Mundo de la división de Clásicos el pasado año.

Junto al monarca emérito recogieron el premio parte de su tripulación, la mayoría gallega. Entre ellos estuvo Pedro Campos, presidente del Real Club Náutico de Sanxenxo (mejor club de 2017) y galardonado con el Sum Innovation, campeón nacional de la clase crucero. Al rey Juan Carlos le acompañó la Infanta Elena de Borbón, que también recogió el premio a la Fundación Mapfre como embajadora.

El protagonismo de la presencia real fue compartido con otras autoridades, como el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo; el titular del Consejo Superior de Deportes, José Ramón Lete Lasa; la secretaria xeral para o Deporte, Marta Míguez; el alcalde de Sanxenxo, Telmo Martín; o el presidente de la Federación Galega de Vela, Manuel Villaverde. Tampoco faltaron autoridades de la Diputación de Pontevedra o el máximo responsable de Abanca y aficionado a la vela, Juan Carlos Escotet.

Pero más allá de las autoridades y sus discursos ensalzando el enorme potencial, la retahíla de éxitos de la vela gallega y el enorme mérito del monarca por haberse coronado campeón del mundo, el foco estuvo puesto en los deportistas e instituciones. De los aproximadamente 40 premiados, una veintena fueron regatistas, 13 jombres y siete mujeres.

No todos pudieron estar presentes, como Támara Echegoyen, de quien el presentador Terio Carrera ensalzó su mérito como mujer. Su madre, Blanca Domínguez, recogió en su nombre el galardón a mejor regatista olímpica femenina. Durante las preguntas, puso uno de las notas humorísticas apelando a que lo que más echa de menos su hija son sus croquetas. Mientras, el premio masculino fue para Fernando Echávarri.

Otros de los grandes aplaudidos fueron Pablo Cabello y Javier Lago, campeones del mundo Vaurien y deportistas del Náutico de Vigo. Ellos fueron dos de los siete gallegos que el pasado año lograron una corona mundial. Dentro de ese selecto grupo se encuentran también los jóvenes Martín Wizner y Pedro Ameneiro, ausentes en la gala por compromiso deportivo.

Los clubes de Sanxenxo y Vigo se repartieron la mayoría de condecoraciones, como la de mejor regatista Optimist. En hombres fue Yago Barca, de la entidad sanxenxina. En mujeres, África Alonso, de la escuadra olívica.

También hubo un recuerdo especial para José María Domínguez Oliveira, empleado del Centro de Tecnificación de Vela de Vilagarcía fallecido el pasado año. Su familia, emocionada, acudió a recoger el premio "In Memoriam" que coronó una gala que levantó expectación y llenó hasta la bandera uno de los salones de actos del Real Club Náico de Sanxenxo.