De ídolo adolescente a uno de los cantantes más exitosos de los últimos tiempos, Justin Timberlake se prepara para vivir uno de los fines de semana más importantes de su carrera. Ayer lanzó su quinto álbum de estudio en solitario "Man of the Woods" -el primero en un lustro- y mañana protagonizará el show durante el tiempo de descanso del Super Bowl, uno de los espectáculos con más audiencia y cotizados a nivel publicitario en el mundo.

Su nuevo disco es, según contó el artista estadounidense, el más "personal" que ha hecho nunca. "Está realmente inspirado en mi hijo, mi esposa y mi familia, pero, más que cualquier otro álbum que haya escrito, en de donde soy", explicó en un video difundido a principios de año a través de las redes sociales. El título es además un homenaje a Silas, el niño de dos años que tiene con su esposa, la actriz Jessica Biel, y cuyo nombre significa "del bosque".

En canciones como "Flannel" comparte con sus seguidores su experiencia como padre. Aunque el disco está envuelto por primera vez de sonidos country -nació en Memphis, Tennessee, hace casi 37 años-, Timberlake no abandona su característico ritmo que domina las pistas de baile.

Anoche celebró una fiesta por el lanzamiento del álbum en la mansión que Prince tenía en Minnesota, uno de los artistas que "mayor influencia" ha tenido en su carrera. Mañana será el otro protagonista de la final del fútbol americano entre los Patriots y los Eagles, cantando en el descanso.

La última presencia de Timberlake en el intermedio de esta afamada final deportiva generó no poca polémica cuando descubrió un pecho de Janet Jackson, censurado por las televisiones, especulándose que pudiera producirse algún acto de desagravio durante la nueva presencia del cantante.