Desde hace más de treinta años María Isabel Quiñones Gutiérrez (Huelva, 1954) responde por Martirio: la cantante que mezcla las sevillanas y el rap, el bolero y el flamenco, el rock y todo lo demás; la mujer que popularizó frases tan hechas como "arreglá, pero informal" o "estoy mala de acostarme"... La mujer que rompió la línea musical "nuevaolera" de los ochenta con temas tan legendarios como "Estoy mala" -que comienza como una saeta- y con "Sevillanas de los bloques". Pero Martirio no vive solo de las huellas que dejó hace tres décadas. Dice que ahora, en pleno siglo XXI, tiene más público que en sus inicios.

-Iba a decir que treinta años de Martirio podía no sonar bien.

-Desde luego, por eso la gira se llama "Martirio, 30 años". Aunque ya vamos por los 31. O los 32.

-¿Y esperaba llegar tan lejos?

-No esperaba nada. Las ganas y la ilusión no las he perdido. Sigo escribiendo canciones, mezclando rock, flamenco, copla, jazz...

-Y hasta rap.

-Siempre he hecho fusión con respeto y tras mucho estudio. Las fusiones son muy pensadas, no se crea.

-Pero no negará que sorprende.

-Tengo un disco con una canción en inglés, otra en árabe, sevillanas con jazz. No me gusta pisar las huellas anteriores, ni siquiera las mías. Y esto lo puedo hacer porque me rodeo de músicos excepcionales. He tenido más de cuarenta colaboraciones, desde Compay Segundo a Soledad Bravo, Ojos de Brujo y Kiko Veneno. La satisfacción de la creatividad no ha cesado. Lo que siempre he buscado es hacer lo que quiero y seguir siendo independiente.

-Lo primero suyo fueron las "Sevillana de los bloques".

-En realidad fue "Estoy mala", que estaba en mi primer disco. "Sevillanas de los bloques" quizá sea, sin embargo, mi canción más popular.

-Allí se escucha eso de "Arreglá, pero informal".

-Sí. Luego se popularizaron eso de "Estoy mala de acostarme", "madurita interesante"...

-¿Quién es su público?

-Tengo más ahora que cuando comencé. De todas las edades. Ahora estoy más cerca de ellos gracias a las redes sociales. Antes tenía el personaje que, sin querer, te hacía pasar desapercibida. No me enteraba de lo que realmente estaba pasando.

-De hecho, cantó por Chavela Vargas.

-Lo hice con mi hijo Raúl Rodríguez. Ahora está preparando uno en solitario. Estoy muy feliz porque puedo ir a Avilés con el quinteto de músicos más deseado. De lujo. Lo mismo le dan al jazz que al flamenco.

-Hablábamos de sus últimas publicaciones.

-Después de lo de Chavela Vargas hice este de los treinta años. Tiene una película documental que es un trabajo fantástico. Quien quiera saber quién soy, qué es lo que canto, solo tiene que ver el documental. Lo que presento es un concierto con el que pretendo que el público salga distinto de como ha entrado.

-Es una veterana en su compromiso por la igualdad de las mujeres.

-Desde luego. Las mujeres tenemos que buscarnos la vida y no doblegarnos.

-Estos días se cumplen veinticinco años del asesinato de Ana Orantes, la mujer que denunció en televisión por primera vez una vida entera de maltratos.

-Lo fundamental es la educación y el respeto. Con educación las mujeres pueden tener más fácil el hecho de buscarse la vida sin necesidad de depender de nadie. Estamos dando un paso para atrás, no se promociona a la mujer libre, vuelven las princesitas. No hay más que echar una ojeada a las redes sociales.

-Comenzó en Jarcha. Una leyenda.

-Era un grupo que se basaba en las canciones populares. Poníamos música a los poetas. Tuvo una repercusión enorme. Aunque yo entré después de la época de la Transición.

-La de "Libertad sin ira".

-Sí, después. Estuve cuatro años con ellos, pero no podíamos marcharnos sin cantar "Libertad sin ira". Entonces encendían los mecheros.

-Y no para.

-Hago conferencias sobre la mujer con mi amigo Juan Cobos Wilkins. Tengo un programa de radio que se emite cada quince días en Radio Gladys Palmera. Y, además, está próxima la fecha en que me meteré a grabar con el pianista Chano Domínguez.