"En el corazón sigo solo". Esa es la confesión principal de Pablo Alborán, considerado uno de los hombres más deseados, a la revista femenina "Elle". Tras dos años fuera del mundanal ruido para descansar de las interminables giras y del éxito plasmado en 42 discos de platino, el artista malagueño está a punto de publicar un nuevo álbum, "Prometo". Este nuevo trabajo saldrá al mercado el 17 de noviembre, y mientras, el cantante vuelve al ruedo mediático con fuerza y a corazón abierto.

"Yo antes era un tío muy celoso, muy posesivo, inseguro de mí mismo -confiesa en la revista femenina-. Cuando una persona me decía: 'Tengo que ser feliz estés tú o no', yo pensaba: '¡Qué acto más egoísta!'. Ahora comprendo que no es así, que no estamos aquí para sufrir y que la idea de felicidad no puede depender de una cosa o de una persona".

En otro pasaje de la entrevista, el malagueño habla de su discreción y de cómo afronta los comentarios negativos. "Antes, si estaba en público tomándome una copa, la escondía. Y con un comentario negativo, leído en Twitter, podía estar luego tres días jodido. Ahora hay cosas a las que no les doy importancia y nunca me he sentido tan sereno, tan bien, tan en paz".

El cantante asegura que lleva personalmente todas sus redes sociales: "Es la única manera de que tengan autenticidad. Fíjate que, durante este tiempo, cuando me sentía bajo de ánimo, escribir en Instagram era como un consuelo".

Para el cantante y pianista andaluz, componer es casi una adicción: "Cuando compongo a veces es como si me fuese a otro planeta. Es una desconexión total; puedo estar sin comer, sin beber, sin ir al baño. Hay temas con los que entro como en un trance. ¡Y yo no me drogo!".

Otra de sus confesiones más sorprendentes es que llora cada vez que canta una de sus nuevas canciones, "Prometo": "Es algo que hasta ahora sólo me había pasado con la música de otros artistas. Pero en esta canción, está todo lo que me ha pasado en estos siete años: mis errores y los de otros, los éxitos, las mentiras, las decepciones. La superación de todo".

El músico ha compuesto los temas de este disco durante el último año y medio, un periodo en el que, en palabras del artista, "surgieron muchas canciones muy distintas". "Algunas han entrado en el álbum y otras no", ha dicho Alborán, quien incluye "baladas", "canciones movidas" y "otras inconformistas". "Fue muy especial y me sentí muy a gusto cuando que los músicos que me acompañaban se metían en ellas y las entendían. Esa conexión hizo que no sintiera la necesidad de tocar ni el piano ni la guitarra en prácticamente ninguna de ellas. Todos tocaban claramente lo que yo quería escuchar", señala.