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20 | Miércoles El gato Darwin

A ver Nereida, bonita, que nadie dice que parasuperar el casting de lo de las madres que buscan novias o novios a sus hijos en la tele haya que haberse leído El origen de las especies. De eso solo es capaz Ana Obregón porque ella es, antes que artista, bióloga, pero un poquito de referencia igual no venía mal. No es que Nereida no tuviese la menor idea de quién fue Darwin, tampoco iba tan perdida, algo le sonaba, al menos tenía claros los dos conceptos fundamentales: uno, que era un científico y dos, que tenía que ver con los animales. La aspirante se lo soltó a modo de currículo, a bocajarro, a sus futuribles novio y suegra: que tenía dos gatos, uno grande y negro y otro pequeño. El negro grande se llama Darwin porque "hace mucho tiempo se ve que hubo un científico que tenía ese nombre" (sic). La primera impresión que el futuro novio se llevó de Nereida fue buena, muy buena. Los pinzones, las Galapágos y esas cosas quedan lejanas. Sin embargo, por lo que sea, al final la chica de los gatos no pasó el primer corte. Al otro minino, todavía sin nombre, tiene previsto llamarle Diversión. Superada la evolución, igual mejor.

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