La designación de Chelsea Manning como profesora visitante de Harvard, una de las instituciones académicas más prestigiosas de EE UU, apenas duró 24 horas debido al repudio de otra de las grandes instituciones del país, la Agencia Central de Inteligencia (CIA).

Harvard sorprendió la semana pasada al incluir a Manning, exanalista militar y fuente de la masiva filtración de documentos de la inteligencia estadounidense a WikiLeaks, en su lista de profesores invitados para el próximo curso con el objetivo de comentar "cuestiones de identidad de la comunidad homosexual y transexual" en las Fuerzas Armadas.

Y volvió a desconcertar cuando, apenas un día después de su anuncio, su escuela de Gobierno John F. Kennedy solicitaba "disculpas" y retiraba la invitación a Manning, que se cambió de sexo durante su estancia de siete años en prisión y se ha convertido en una activista por los derechos de los transexuales.

"Ahora pienso que designar a Chelsea Manning como profesora invitada fue un error, del que acepto la responsabilidad", afirmó Douglas Elmendorf, decano de la facultad, en un comunicado. Entre medias, Harvard tuvo que soportar un alud de críticas desde los estamentos militar y político, y el rechazo expreso de dos pesos pesados de la CIA, la gran némesis de Manning.

Su actual director, Mike Pompeo, canceló inmediatamente una conferencia prevista en Harvard por considerar "vergonzosa" su inclusión en su elenco de profesores y la calificó de "traidora".

"Manning se opone a todo lo que representan los hombres y mujeres valientes con los que trabajo", dijo Pompeo.

De igual modo, Michael Morell, ex director en funciones de la CIA entre 2012 y 2013 bajo el gobierno del presidente Barack Obama, presentaba su dimisión de la Escuela de Gobierno Kennedy, donde habría coincidido con Manning.