La moda es sueño y, según demostraron ayer los diseñadores españoles en la última jornada de la Mercedes-Benz Fashion Week de Madrid, Cibeles para los nostálgicos, los sueños no son sólo sueños, como decía la canción. Jorge Vázquez, Hannibal Laguna, Juan Duyos, The 2nd Skin Co. y Alvarno subieron a la pasarela un repertorio de mujeres llenas de romanticismo, delicadeza, sensualidad y casi divinidad para demostrar que los sueños en la moda se hacen realidad.

El diseñador gallego Jorge Vázquez convirtió la pasarela en un jardín digno de la campiña francesa más refinada. Con las grandes musas de los 50 como inspiración, y con la mitad del público sentado en sillas dentro de la pasarela, Vázquez presentó a una mujer que convive perfectamente entre el campo y la ciudad con pantalones anchos metalizados y jerséis de rayas en azul cielo, faldas largas ajustadas a la cintura, vestidos de tul para las noches más elegantes llenos de transparencias, monos de estampados floreados, abrigos a lo Jackeline Kennedy y pañuelos en la cabeza para evitar despeinarse en un descapotable por las curvas de la Costa Azul. Para Jorge Vázquez, conseguir la atmósfera adecuada para que los vestidos recreen cada una de sus fantasías "es un incentivo más que nos pone a la altura de París o Nueva York".

Juan Carlos Fernández y Antonio Burillo o, lo que es lo mismo, The 2nd Skin Co., prometían un espectáculo con el título de su colección, "Ready to shine" ("Lista para brillar"), y cumplieron su palabra. Un homenaje a ese momento en el que la mujer quiere y desea mostrar a todo el mundo su poder. Con cinco colores como base de la paleta: blanco, rosa empolvado, celeste, lima y negro, los modistos presentaron vestidos con cinturas ajustadas de largos midi y cortos; sus clásicas faldas corola con estampados de flores en tejidos tecnológicos como el mikado reflectante, tules, escotes imperio y brillos por todas partes.

Arnaud Maillard y Álvaro Castejón, los nombres que están detrás de la firma Alvarno, contaron con la colaboración de la artista Cova Ríos, que les cedió varias piezas de su colección "Emergencias". Una prueba indiscutible de que arte y moda van de la mano.

Como ya viene siendo habitual, Alvarno montó uno de los escenarios más impactantes de esta edición. Las modelos desfilaron sobre una alfombra de césped que cubrió toda la pasarela y bajo arcos de flores que trasladaban directamente al público a un mundo onírico, a un jardín de ensueño. Vestidos de volúmenes despegados de seda fluida, gasa o satén; pantalones de tejidos regios como el Jacquard y que contrastan con piezas llenas de transparencias. Los cuellos de camisa masculina con collares XL de porcelana o pedrería se combinan con faldas y vestidos mini con drapeados en la parte inferior.

No faltaron el oro y los brillos, la cara más lujosa para adornar la noche. El oro también fue el protagonista de "Deseo", la colección de Juan Duyos. Sobre una pasarela de espejo dorado, el diseñador imaginó "la línea que separa la realidad del deseo". Vestidos en rosa y salmón llenos de paillettes o maxilentejuelas, sedas en amarillo cítrico y tules verde menta o nude salpicados de cristales o aplicaciones metalizadas que se unen al movimiento "glitter" que triunfará el próximo verano.

La pasarela cerró esta edición con el desfile de Hannibal Laguna, que celebraba sus 30 años en el mundo de la moda. Con el perfume de las flores como punto de partida, el diseñador creó una colección extremadamente femenina, con cinturas ajustadas, sus clásicos tonos rosas y violetas, y bordados y brillos pensados para las ocasiones más especiales. Como en cada edición, tras el último desfile, se entregó el premio a la mejor colección, que recayó en el modisto alicantino Juan Vidal.