Si tuviera que elegir, Luis Gea (Valencia, 1953) se quedaría con el teatro y no con la televisión. Sin embargo, la pequeña pantalla le ha dado grandes alegrías y vive un momento dulce gracias al éxito de la serie de Televisión Española "El Ministerio del Tiempo". Sobre los nuevos capítulos, el actor que da vida a Ernesto Jiménez, adelanta que serán "más potentes" que los anteriores. Se planteará incluso la posibilidad de viajar al futuro.
-Usted está llevando por los escenarios de España la obra "Héroes". ¿Quiénes son para usted los verdaderos "Héroes"?
-En el día a día hay héroes continuamente. Una familia que en plena crisis sale adelante o la gente mayor que vive sola. Todos tenemos algún punto de héroe.
-¿Y usted?
-En lo personal, creo que mi madre era una heroína. Pasó los últimos años en una residencia con párkinson. La enfermedad le provocó una depresión crónica y supo sacar impulso para seguir viviendo. Para mí ser un héroe es no dejarse llevar y luchar cada día.
- ¿Se cansa uno de los personajes?
-Es curioso. En "Héroes", no me aburro del personaje ni de la función. Aunque parece lo mismo, nunca es igual porque mis compañeros y yo tratamos de sacarle punta cada día y darle nuevos matices a los personajes que representamos en esta pieza.
-"El Ministerio del Tiempo" regresa con la segunda parte de la tercera temporada, ¿qué veremos?
-Vamos a seguir viendo más aventuras del Ministerio. Creo que esta segunda parte es más potente que la primera. En el primer capítulo peleamos contra la censura de España a través del personaje de Luis Buñuel. También vuelven los problemas internos en el Ministerio y estaremos a punto de perderlo porque los Hijos de Padilla quieren quedarse con él. Ya hemos terminado el rodaje y ahora estamos a la espera de saber qué pasa con la cuarta. Televisión Española tiene intención de renovar pero aún no sabemos.
-¿Esperaba el éxito que tiene la serie?
-Cuando empezamos pensábamos "o nos vamos a la porra o es un éxito". Cuando leí el guión aluciné. Con los propios compañeros en el rodaje teníamos dudas, por ejemplo, sobre si los personajes que venían del pasado morían o no. Al final se ha convertido en una serie de culto. Que en el tercer capítulo ya se recogieran firmas en internet para que hubiese más temporadas, es impensable. La devoción por esta serie no ha decaído.
-Internet y las redes sociales ¿han sido claves?
-Son fundamentales. La audiencia en televisión es discreta, en torno a un 10 % de la cuota de pantalla. Sin embargo, en internet ha batido récords y hemos llegado a superar a "Juego de Tronos".
-¿Está cambiando la forma de ver la televisión?
-Estamos a caballo entre la forma de ver televisión más tradicional y verla online. Creo que la televisión quedará para noticias y concursos en directo y la ficción pasará a las plataformas como Netflix.
-¿Qué opina de estas plataformas?
-Netflix, por ejemplo, ha puesto un dinero que nos hacía falta al "Ministerio del Tiempo" y ha hecho que saltemos a 80 o 90 países, donde ellos operan. Lo malo para los espectadores es que la serie se subirá a la plataforma completa, una vez se haya terminado de emitir en la televisión.
-¿Es activo en redes?
-Lo justo. Llega un momento que te agota. Lo utilizo para promocionar lo que hago y apoyar causas animalistas, pero nada más. La gente me escribe para darme la enhorabuena por alguna función. No recibo muchos comentarios negativos. De momento, nadie se ha cebado conmigo.
-La corrupción en España o lo que ocurre con Cataluña, darían para unos capítulos del Ministerio, ¿no?
-Yo creo que sí. El peligro es que tendríamos que entrar para cambiar el presente.
-¿Y cambiar el futuro?
En un momento de esta temporada se abre la posibilidad de que podemos viajar al futuro. Sin embargo, de momento, es mejor no hacerlo porque, ¿quién decidiría qué hacer?.
-¿Qué políticos hacen mejor su papel?
-Buf. Es complicado. Yo ahora desconfío de todo. Pero dentro de la política hay mucha gente que es honrada, más allá de los casos de corrupción. Conozco políticos de todos los partidos que les está jodiendo todo lo que pasa por las cúpulas. La política ahora se está convirtiendo más en una profesión que una vocación. Y en una profesión de futuro porque cuando salen tienen trabajo.
-Y Trump, ¿comedia o tragedia?
-Ahí, en términos del "Ministerio del Tiempo", sí que tendríamos que cambiar el presente. Es un personaje absurdo. Un payaso del que nos reímos pero es un payaso peligroso. Tiene el botón rojo en sus manos y nunca se sabe por dónde va a salir. No sé cómo lo mantienen todavía en el poder.
-Volviendo a su trabajo, ¿qué prefiere: televisión o teatro?
-En la tele va todo muy rápido y requiere una agilidad mental que me gusta, aunque reconozco que te embota un poco. El teatro es curativo, me oxigena. La verdad que, si tuviera que elegir, elegiría el teatro.
-¿Qué es lo peor que le pasó en escena?
-Recuerdo en una de las funciones de "Samarkanda" de Antonio Gala que me tocaba hacer acrobacias y un día, mientras hacía el pino, caí en voltereta al patio de butacas. En otra ocasión, con Amparo Rivelles, me meé en el escenario de la risa.
