Están las gentes más listas del mundo mundial, tipos y tipas con un coeficiente intelectual disparado o muy preparados: el ajedrecista Gary Kasparov, el científico Stephen Hawking, un señor coreano, Kim Ung-Yong -no, no es el que están pensando, es un señor coreano anónimo-, que tiene el "Guinness" o Ana García Obregón -cuyo cerebro, créanme, no está suficientemente valorado-... Pues ríanse cuando las niñas Thyssen alcancen la plenitud, la madurez, todo su esplendor, cuando salgan al mundo exterior. Hablan cuatro idiomas y dan clases de arte, pintura, solfeo, violonchelo, piano, canto y ballet. Así, entre bol y bol de cereales. Estas monadas no es ya que se vean las pelis de Kurosawa mientras otros niños hacen la siesta, es que se las ven sin subtitular. Toda madre quiere lo mejor para sus hijos, que estudien más, que lleguen más lejos. No es que Tita no tenga títulos (miss, coleccionista, baronesa o, los que más me chiflan, musa y filántropa), pero eran otros tiempos. Borja también fue educado como un príncipe, con mucho colegio suizo y mucha institutriz, pero a él los estudios le rindieron menos y no acabó la Universidad. Sin embargo, tiene dones, de gentes, de lenguas, de trato y de heredad, y se le da bien navegar, que es algo básico. Por si un día es suyo el Mata Mua. Los dos.
