Los Secretos lleva en el panorama musical casi cuarenta años y, aunque se consideran "afortunados" por seguir cosechando éxitos, lamentan que ya no se vendan discos porque "en internet la música se regala y a los artistas les roban constantemente". El cantante, guitarrista y compositor de Los Secretos, Álvaro Urquijo, en una entrevista con EFE, explica que aunque artistas y sociedades de gestión, como la SGAE, denuncian el "expolio y robo a manos llenas" que se está produciendo en la industria cultural española "ningún político se ha atrevido a poner barreras a internet". A su juicio, esta sería una medida "muy antipopular", sin embargo, España es uno de los países en los que menos regulación existe, ya que, según ha indicado, en EE UU al intentar descargar una canción te redirige automáticamente a una advertencia del FBI que confirma que se está desarrollando una actividad ilegal. Esta situación también ha repercutido en la calidad la de música española, según Urquijo, quien reconoce que "ya no es la misma que hace veinticinco años" porque la composición está "muy mal pagada". Y añade que aunque una canción la escuchen tres millones de personas "no sirve de nada económicamente y no está reconocido", por lo que la inversión en creación es cada vez menor.Los Secretos son los encargados de cerrar el X Festival de Música y Danza de La Granja (Segovia), uno de los cuatro que componen el evento de Las Noches Mágicas, y lo hacen con un concierto que mezcla los temas más emblemáticos de su trayectoria con las novedades más relevantes. El objetivo es, tal y como ha aclarado Urquijo, "organizar un espectáculo entretenido para que la gente se lo pase bien" por lo que, en su opinión, "sería absurdo renegar de los éxitos" que han captado la atención de varias generaciones, independientemente de la época que sean. No obstante, ha indicado que formatos en abierto y gratuitos como el de La Granja tienen una doble faceta, por un lado son "positivos" porque facilitan la difusión de la música a todos los públicos, pero por otro también pueden hacer que se respete menos el arte. Por eso, lo más adecuado, para Urquijo, es el cobro de la entrada en cualquier espectáculo cultural, aunque sea simbólica.