Empezó hace tres años cuando, junto a sus amigos, decidió ocupar el tiempo de una tarde de verano con una timba de póquer. El lance le llamó la atención más que al resto y en las partidas que ocuparon otras de sus tardes siempre se lo tomó más en serio que cualquier otro de los sentados en la mesa. Dos meses después, tras llegar a una final en el Casino de Alicante, la posibilidad de obtener ingresos a través del juego sedujo a un joven alicantino, que por aquél entonces todavía estaba en el instituto.

José Julio Espina tardó poco en robarle el primer puesto en Google a su padre, de igual nombre, profesor en la Universidad y gran conocido del mundo del balonmano. El motivo fue un "all in" decidido poco después de tener los resultados de selectividad, cuando Espina cambió la fugaz idea de cursar Administración de Empresas en la Universidad de Alicante por lo que realmente le apetecía apostar: dedicarse al póquer.

"Estaba en segundo de Bachillerato cuando descubrí que podía jugar por internet, donde ingresé unos veinte euros para competir, aunque siempre perdía. A finales de 2015 empecé a ganar dinero, y en enero de 2016, aprendiendo con vídeos de Youtube, ya ganaba entre 400 y 500 euros dedicándole unas seis horas diarias", cuenta José Julio. Este año, Espina tenía que hacer la prueba de acceso a la Universidad, con la que todos los jóvenes sufren hasta primeros de junio. Pero él no lo esconde, compaginar el curso académico con tantas horas de póquer tuvo un muy intuible truco: "La verdad es que estudié poquito". Aun así, consiguió sacarlo.

Ese julio, el camino se bifurcó: por un lado estaba la matrícula para administrar empresas y por otro el conocido juego de naipes. Fue una ruptura sentimental la que ayudó a inclinar la balanza: "Me volqué al máximo con el póquer para olvidarme. Entonces descubrí una escuela para formarme y, como siempre había querido estar en una, vi que era el momento de lanzarme a la aventura, sabiendo que si salía mal yo correría con la responsabilidad".

La escuela a la que decidió entrar recibe el nombre de SpinLegends, en la que se formó en una modalidad conocida como Spin & Go, donde tres jugadores se baten por un solo premio. Entrar era gratis, el único compromiso era firmar un contrato que le obligaba a entregar a la empresa parte de los beneficios que empezaran a llegar.

El ascenso fue muy rápido; Poker10, un portal especializado, calificaba de "progresión meteórica" el avance. "En España, fui el que más rápido había subido hasta el momento. En pocos meses estaba en el nivel más alto", cuenta. Tras ese periodo, Espina continuó y continúa formándose en otras variantes.