El torero de origen gallego Iván Fandiño falleció ayer a los 36 años tras recibir una cornada de un toro durante la corrida que se celebraba en Aire sur l'Adour, en Francia.

Fandiño había terminado con uno de los seis toros de la ganadería de Baltasar Iban que salieron al ruedo y, según detalló "Mundotoro.com", se encontraba toreando al segundo cuando recibió una fuerte cornada en el costado derecho. Al querer ejecutar un pase, sus pies se enredaron en su capote y cayó al suelo, donde sufrió una cornada en un pulmón. Antes, en su primera actuación de la tarde, había cortado una oreja. El diestro fue inmediatamente trasladado al hospital de Mont-de-Marsan, pero falleció antes de que los médicos pudieran salvarle la vida.

Fandiño, que nació en la localidad vasca de Orduña, adonde habían emigrado sus padres -él nacido en Oza dos Ríos, ahora Oza-Cesuras, y ella, en Abegondo-, tomó la alternativa en agosto de 2005 en la Plaza de Toros de Vistalegre, en Bilbao.

El torero había sido invitado a las corridas de las fiestas de Aire-sur-l'Adour, con Juan Del Álamo y el francés Thomas Dufau, para lidiar con toros de la ganadería española Baltasar Ibán. La muerte de Fandiño, a consecuencia de una gravísima cornada en la ciudad francesa de Aire Sur l'Adour, es la segunda de un matador español en lo que llevamos de siglo. Los últimos fallecimientos de matadores españoles fueron los de Francisco Rivera "Paquirri", en Pozoblanco, Córdoba (1984), José Cubero "Yiyo" en Colmenar Viejo, Madrid (1985) y Víctor Barrio en la plaza de toros de Teruel, en la Feria del Ángel (2016). A escala mundial, un total de 138 profesionales del toro -36 matadores entre ellos- han muerto como consecuencia de las heridas sufridas en plazas, fincas o tentaderos, desde el siglo XX.