Mientras que en "La mala educación", la primera película en la que el actor Lluís Homar se ponía en las manos de Pedro Almodóvar, los dos vivieron un "idilio profesional", su segunda colaboración fue un "infierno", "una tortura, directamente". Así lo narra el propio actor en sus memorias, "Ahora empieza todo".

"Seré claro y conciso: con Almodóvar puedes tocar el cielo o bajar a los infiernos. Y yo he vivido ambas cosas", asegura Homar (Barcelona, 1957). Tras su rimera colaboración llegó "Los abrazos rotos", en la que el director manchego quería a Homar como personaje "protagónico". El actor sintió "mucho miedo" de "no estar a la altura" y reconoce que el rodaje se fue complicando, hasta tal puento que afirma que "fue una tortura" y que llegó a tomar valium.