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19 | Viernes La mujer invisible

H. G. Wells construyó en "El hombre invisible" (1897) una parábola de los peligros éticos de la ciencia, una crítica soterrada del capitalismo y toda una metáfora del marginado, del fuera del sistema. Nuestro Jack Griffin particular en Honduras es Leticia Sabater aunque, en su caso, no haya más ciencia que la química del tinte del pelo. A Leti la parejita Gloria Camila-Kiko decide enterrarla en la arena. El hecho podría pasar como simple broma contra el aburrimiento isleño pero no. Oculta un experimento psico, socio, antropológico. Pasa uno y le preguntan por ella. Se encoge de hombros. Transcurren cuatro horas, cuatro largas horas. La vida sigue, los pajarillos cantan, las barracudas nadan. Todos andan de la ceca a la meca. Incluso Alba la modelo. Nadie se percata de su ausencia. Leticia Sabater es la mujer invisible. Por evitar spoilers e influir en un sentido u otro sobre la audiencia de Jorge Javier Vázquez, omitiremos aquí los detalles de cómo acaba el joven científico Griffin, pero ya se lo pueden imaginar. Con gabardina, sombrero, vendas y gafas oscuras. Pero nunca, en todos los siglos de vigencia del clásico de ciencia ficción, con salchipapa.

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