Rubin fue el primer psicólogo que, en 1973, hizo una distinción entre amor y cariño. El primero tendría tres componentes: el interés, el apego y la intimidad. El cariño, alguno menos. Incluso construyó dos escalas para medir el grado, el nivel, la profundidad de ambos conceptos. Las investigaciones de Rubin se habrían ido al traste de haberlas hecho ahora. Ni escalas ni grados ni niveles ni nada. Porque, vamos a ver, Toño Sanchís, exrepresentante, anuncia que va a escribir las memorias de sus vivencias con Belén Esteban. Estamos hablando del hombre con el que rompió tratos al descubrir, presuntamente (ahí andan de juicios eternos), que no todo el monte es orégano ni todo mánager, de fiar. Él, que la llama de todo menos bonita y amenaza con airear sus secretos. Se anuncian para Navidad o la próxima Feria del Libro, fechas señaladas, y muy de sentimientos. De amor, y todos sus componentes, ni hablamos. Las memorias las escribirá Toño, eso sí, que quede claro, "desde el cariño". Pues nada, que venga Rubin si se atreve con sus escalas y tal. Y vaya redefiniendo conceptos..
