Reconocidos fetichistas de los pies ha habido y hay en la historia: Luis García Berlanga, Quentin Tarantino, dicen que Elvis, Leopold von Sacher-Masoch, Danny DeVito en "La guerra de los Rose"... Y Kike Calleja. Los de la pandi de JorgeJa, pero sin Jorgeja, se fueron de fiestuqui. Cuentan que, entre las sombras de la noche y las luces de neón la que emerge y crece y crece y se apodera del espíritu nocturno es Terelu. Se ve que la hija de María Teresa lo da todo en la pista (ya la vieron ustedes en su célebre duetto con Pipi). Y que se sube a las tarimas como una gogó con botas, dejando el chuminero de Lydia Lozano o las coreografías de Rebeca (dura de pelar) o Leticia Sabater (la salchipapa) a la altura de una conga de cumpleaños infantil. Y es ahí donde entran los pies. Y los tacones. Cuando la mujer, cansada ya de tanto reality (llámenlo experimento sociológico, o documental antropológico), tanto JorgeJa sin JorgeJa, se retira a un reservado a descansar y Kike, su superamigo Kike, acude solícito a darle un masaje. Dicen las malas lenguas (que por allí abundan) que el hombre quería hacerse perdonar, porque se le había visto toda la noche haciéndole ojitos a otra. Ex de Carlos Lozano para más señas.
