La exclusiva presentación de Alta Costura comenzó ayer en París con un calendario más amplio pero con grandes pérdidas, como Atelier Versace, que no desfilará, y Givenchy, que ha optado por una exposición a la prensa y a los clientes. Estos dos cambios muestran los momentos de cambio y transición por los que pasa el mundo de la moda.

Toca reinventarse y mirar al futuro en una industria que ha sufrido una revolución en la última década con las redes sociales y las nuevas necesidades de unos clientes que no quieren esperar seis meses a conseguir el producto.

Versace se queda así fuera del calendario, reduciendo su número de desfiles anuales de ocho a seis, una cifra que Jonathan Akeroyd, presidente ejecutivo de la casa, ha considerado "exagerada". "Todos sabemos que el modelo está cambiando mucho, así que ¿por qué no aprovechar la oportunidad de probar algo nuevo?", abogó recientemente.

Givenchy optará por una presentación para prensa y clientes -aunque ya mostró una decena de diseños en el desfile de hombre-, así como Stéphane Rolland, que también ha abandonado esta temporada la pasarela.

Los desfiles empezaron ayer con Maison Rabih Kayrouz como miembro invitado y terminarán el jueves tras haber dado paso a 30 firmas que presentan las colecciones primavera-verano 2017.

Un mundo competitivo el de la Alta Costura donde tan solo hay 15 miembros oficiales: Chanel, Christian Dior, Givenchy, Jean Paul Gaultier, Maison Margiela, Giambattista Valli, Franck Sorbier, Adeline André, Maurizio Galante, Alexandre Vauthier, Alexis Mabille, Stéphane Rolland y Yiqing.

A ellos se suman este año el francés de origen español Julien Fournié y Schiaparelli, que fueron miembros invitados en las últimas temporadas, como los seguirán siendo este año Iris Van Herpen, Vêtements y Zuhair Murad. Para entrar en este selecto club hay que participar en el calendario oficial como miembro invitado durante al menos cuatro años y tener el respaldo de un padrino dentro de la Cámara Sindical de Alta Costura.