"Siéntate y escribe". Con esa orden, la ex becaria de la agencia Efe María José Sáez redactó para la agencia de noticias la noche del 30 de octubre de 1988 el teletipo que llevaba persiguiendo varios meses "para hacer puntos": el de la liberación de Emiliano Revilla, empresario que había sido secuestrado por la banda ETA. Aquellas horas las lleva al cine ahora Luis María Ferrández en "249. La noche en que una becaria encontró a Emiliano Revilla".

La cinta cuenta como Sáez, que había hecho unas prácticas de verano en la agencia, decidió seguir haciendo "guardias" frente a la vivienda del empresario pese a que "jamás" pensó que iba a dar la noticia. "Pero sí que pensaba que siguiendo al pie del cañón podría estar al tanto de cualquier información que se produjera y trasladarla a la agencia y hacer puntos. Esa era mi intención", cuenta Sáez.

Ella, junto al también periodista y yerno de Revilla, Jesús Álvarez, vuelve a ser noticia por el estreno de esta cinta, que se emitirá hoy simultáneamente en Movistar Plus y en la Sala Berlanga de Madrid, y el 9 de diciembre llegará a las salas de cine.

Ferrández pretendía hacer un "documental al uso", con entrevistas a políticos y periodistas de la época que comenzó con un encuentro entre Sáez y Álvarez. Sin embargo, cuando rodó el encuentro entre ambos periodistas "vio claro" que tenía que ser una película por la emoción del momento. Llevan 28 años sin verse.

La cinta se ha convertido, según dice Ferrández, en un "docudrama ficcionado" en el que la conversación real entre Sáez y Álvarez se entremezcla con la ficción interpretada por Macarena Gómez, Beatriz Medina, Txema Blasco, Javier Antón y Jaime Palacios. Ellos dan vida a los tres secuestradores de ETA, a Álvarez y a su esposa, Margarita (hija de Revilla), a Sáez y Emilio Oliva, el redactor jefe al que llamó la joven redactora tras encontrar a Revilla caminando hacia su casa.

Revilla ha dicho que la recreación de las últimas horas de sus 249 días de cautiverio se "corresponde bastante con la realidad", según explica el director. Pero Ferrández también destaca que cuando se reunió por primera vez con el empresario éste le espetó que para qué quería contar eso tras 28 años. El director le contestó que "en España había una pérdida de memoria" y que "el cine tiene un compromiso de rescatar cosas que han ocurrido en el pasado para no repetirlas en el futuro".