Las montañas gallegas ya comienzan a lucir un manto blanco y a los aficionados a la nieve los ojos les hacen chiribitas pensando en deslizarse por las pistas dentro de unos días. Si hay un deporte asociado a una estética chic, ese es el esquí. Una de las razones es que el frío de las estaciones de deportes de invierno da mucho juego a la hora de vestirse.

Además, el tiempo de "aprés-ski" es una magnífica ocasión para hacer vida social después de un intenso día sobre las tablas. Hace ya tiempo que las firmas de moda de lujo se han lanzado a diseñar propuestas para la nieve, con resultados excelentes. Hay que recordar las botas de Louis Vuitton con el anagrama de la casa o los esquíes de Chanel, que en Cortina o Gstaad se cuentan por decenas.

Este año para dar el campanazo en las estaciones más glamurosas no puede faltar un enorme gorro de piel de zorro o visón, como los que tanto les gustan a Olivia Palermo y a Elle McPherson. Las botas de descanso son otro complemento imprescindible, cuanto más llamativas mejor. Los pompones y el pelo centran buena parte de su decoración.

El calzado debe ser cómodo y muy calentito. Jimmy Choo y la icónica firma italiana Moon Boot han creado una colección con cuatro modelos, a cual más bonito. La marca Dolomite, especialista en ropa de montaña, propone la línea Sporty Heritage, con plumíferos ligeros y combinables que también quedan genial en la ciudad.

Un buen suéter de lana estilo alpino, lleno de ciervos y abetos, es otro aliado imprescindible para combinar con pantalones impermeables, más pegados a la piel que en temporadas pasadas. Los guantes y los cuellos de pelo tampoco pueden faltar.

Y sobra decir que la camiseta y las mallas térmicas nunca están de más para no morir ateridos.

Los plumones se llevan y entre todos los de esta temporada destaca la chaqueta roja de Balenciaga, que ya ha sido debidamente "copiada" en versión lowcost. Entre todas, la que más se asemeja a la original es la de la firma Bershka. Es del mismo color, corta y abultada, y a la simple vista parece muy confortable. Su precio, por descontado, también es mucho más asequible que el de la casa francesa.

Lord Wilmore es una marca española de gafas graduadas con distribución cien por cien online. Capela entró en una óptica madrileña de moda en la que no le cobraban menos de 500 euros por las gafas que le gustaban. Se dio cuenta de que en Europa, Canadá y Estados Unidos, la venta de gafas graduadas por internet era una realidad desde hacía más de 10 años. Fue así como decidió que Lord Wilmore sería un intermediario con el fin de hacer llegar las gafas de calidad a más público y a un buen precio.