Dicen de Manila que es una ciudad de contrastes. Isabel y Mario están en Manila. Los que llevan la cuenta, contabilizan casi una docena de portadas y dos millones y medio de euros en año y medio de noviazgo. La forma, casi invariablemente, es la misma, el contenido varía apenas: Isabel y Mario de la mano, Isabel y Mario de vacaciones, Isabel y Mario en un acto formal, Isabel sola hablando de su boda con Mario... Mientras, alrededor de los planetas giran los satélites. Por ejemplo, Julio José va y se recasa. Lo hacen sin Isabel y Mario pero ya vale como excusa para volver a hablar de la boda de Isabel y Mario que es, que me disculpe Charisse, la mollar. A esta parejita ya la vimos casarse. Esta es su segunda boda, con motivo de sus bodas de lino. Me van a perdonar la ignorancia, pero yo no sabía que existían las bodas de lino. Ni las de papel, algodón, cuero, seda, madera, hierro, cobre, bronce, cerámica, aluminio, acero, cordón, marfil, cristal... y cualquier material que exista en el planeta Tierra. Pero si llevamos once portadas, decíamos, ya pueden ir contando. El literato y la celebridad están en Manila. Dicen que es ciudad de contrastes.
