Un "maravilloso" verano después, Ana Belén, Víctor Manuel, Serrat y Miguel Ríos han tenido "el gusto" de regresar a Madrid para despedir, "muy apenados", su gira conjunta -que han visto más de 100.000 personas- con un multitudinario recital en el que las ovaciones y los aplausos fueron constantes.

Como ya ocurriera al comienzo del tour "El gusto es nuestro, 20 años", este cuarteto de clásicos de la música popular española ha colgado el cartel de "todo vendido" en el Barclaycard Center, en su tercera visita a Madrid en esta gira.

Himnos como "La Puerta de Alcalá", "Mediterráneo", "Soy un corazón tendido al sol" "Santa Lucía" u "Hoy puede ser un gran día", con el que arrancaron las más de tres horas de concierto, han figurado en un repertorio plagado de éxitos.

Los asistentes a este recital cantaron, se "levantaron de las sillas" con los acordes rockeros del autor de "Bienvenidos" y respiraron la química y el palpable "amor profundo" -Ana Belén dixit- que une a los cuatro intérpretes, protagonistas hace 20 años de la que entonces fue la gira más multitudinaria de España.

Joan Manuel Serrat, "Juanito" para sus compañeros de escenario, agradeció al público la "ilusión" con la que, asegura, acompaña "siempre" a los artistas "pese al 21% de IVA cultural". "Si no fuera por eso, estaría en mi tejado silbando canciones tristes", añadió.

Víctor Manuel ha reivindicado que se "desentierre y dé sepultura" a quienes yacen en "cunetas y fosas comunes" antes de interpretar su canción "Cómo voy a olvidarme", en la que aborda este asunto.

El acento rockero de la noche lo puso Miguel Ríos con su efecto "silla caliente" gracias al que, aseguró, consigue poner al público en pie cuando le toca actuar: "Si la gente no se levanta con 'Bienvenidos', directamente me corto la picha", bromeó.

"Contamíname", a dúo con su marido Víctor Manuel, fue el comienzo de la actuación de Ana Belén, que más tarde emocionó con "España camisa blanca de mi esperanza" y, sobre todo, con "El hombre del piano", versión en español del "Piano man" de Billy Joel.

"El himno de la alegría", interpretado por los cuatro protagonistas, fue el falso final de este concierto. El verdadero colofón llegó con "La puerta de Alcalá", a cuyo término el cuarteto se abrazó y se despidió "hasta siempre" de los incondicionales que, medio siglo más tarde, siguen abarrotando polideportivos.