El dúo de Cornellà de Llobregat (Barcelona) de rumba y rock Estopa, que el día 29 actúa en el Festival Internacional de Música de Cambrils (FIMC), ya "no tiene sueños que cumplir", dijo su vocalista, David Muñoz.

Estopa, que completa su hermano José Manuel, está de gira por España para presentar su último disco, "Rumba a lo desconocido", un periplo que el pasado domingo les llevó al pueblo de su abuelo, Almadén, en Ciudad Real, pasará el 30 de septiembre por Leganés y finalizará el 15 de octubre en el Palau Sant Jordi de Barcelona, tras lo cual se dedicarán a tirarse en el sofá, confesaron.

Para David Muñoz, el recibimiento por parte del público de su último trabajo fue "una sorpresa" porque "nunca" tienen la seguridad de que lo que hacen gustará, aunque "la experiencia" les da "tranquilidad para poder inventar" porque la gente está "abierta de mente" y ellos pueden moverse "en cualquier estilo menos el jazz". "Eso ya lo haremos cuando tengamos 60 años", bromeó.

En esta línea, y tras 16 años de carrera, el mayor de los hermanos Muñoz dijo que ahora valoran mucho todo lo que les ha ocurrido. "Empecé con 20 años y entonces al primer contrato y a todo lo que vino después no le dimos importancia por ignorancia. Ahora vemos que tuvimos una suerte increíble al enfrentarnos a nosotros mismos para ver si éramos un amor de verano o para siempre".

"Ésta es mi pasión y mi manera de hacer terapia mental también", dijo el artista, que reconoció que su actual estatus va "mucho más allá de sus mejores sueños".

"El último disco es número 1 otra vez, hemos tocado en todos los sitios ... No tenemos sueños que cumplir", arguyó David Muñoz, que explicó que para ello ni han tragado sapos ni transigido con cosas contrarias a su manera de pensar.

"Mantenemos unos mínimos criterios estéticos e imponemos lo que queremos hacer. La compañía nos da consejos y les dejamos elegir los sencillos, pero les damos el disco hecho", razonó el de Cornellà, que defiende su filosofía de grabar en su estudio casero y producir ellos mismos el álbum, como en este último elepé: "Nadie sabe mejor que nosotros cómo queremos sonar".