El Tribunal de primera instancia del Estado de la Ciudad del Vaticano condenó ayer al sacerdote español Ángel Vallejo a dieciocho meses de prisión por la filtración de documentos secretos de la Santa Sede. Otra de las imputadas y colaboradora de Vallejo, la italiana Francesca Chaouqui, fue condenada a diez meses de prisión con suspensión de aplicación de la pena. El otro extrabajador vaticano imputado en el mismo caso, el administrativo Nicola Maio, fue absuelto.

Los tres prestaban sus servicios en la extinta Comisión investigadora de los Organismos Económicos y Administrativos de la Santa Sede (Cosea), de la cual Vallejo era secretario y de la que proviene la mayor parte de la documentación filtrada. Estaban imputados, también, los dos periodistas que recogieron la información en sus libros, Gianluigi Nuzzi y Emiliano Fittipaldi, quienes fueron absueltos al no ser el tribunal competente desde el punto de vista jurisdiccional.

Ángel Vallejo, Francesca Chaouqui y Nicola Maio estaban acusados de los delitos de asociación para delinquir y de divulgación de secretos mientras que los periodistas afrontaban el cargo de cooperación en la divulgación de información confidencial.

El sacerdote español condenado a 18 meses de cárcel continuará en estado de semilibertad durante los próximos días. Así lo dijo ayer el portavoz vaticano, Federico Lombardi, al comentar la sentencia de los cinco imputados del proceso, entre ellos Vallejo, quien recibió la pena más grande.

A partir de hoy habrá un periodo de tres días en los que los cinco imputados -tres de los cuales fueron absueltos- podrán interponer un recurso.

El Tribunal del Estado de la Ciudad del Vaticano, tras dar a conocer ayer su veredicto, ha publicado una orden en la que se establece que para el sacerdote español "la situación continúa idéntica, en situación de semilibertad", a la espera de que se sepa si interpone un recurso o acepta la pena.

Ángel Vallejo estuvo detenido en la Gendarmería y, aunque le concedieron el arresto domiciliario, a comienzos de marzo volvió a ser encarcelado por haberse comunicado con el exterior, infringiendo así las reglas.