A Russell Crowe se le tiene en la industria por un tipo imprevisible, capaz de la mayor generosidad pero también de arrebatos coléricos, y quizá por eso muchos directores prefieren dejarle su espacio, conscientes de que el actor no soporta las intromisiones en su trabajo, como así reconoce. "No soporto el exceso de control, no me gusta nada tener un director que me esté dando órdenes en todo. Si trabajas con un cineasta que tiene que meterse en todo, es que no entiende el medio y que no entiende cuál es mi trabajo", dice Crowe. Su último trabajo, "Dos buenos tipos", se estrena hoy en España tras haber obtenido buenas críticas en Cannes. El actor neozelandés, aunque australiano de adopción, recupera su clásico personaje de tipo duro, un matón cínico y con puños como martillos llamado Jackson Healy, pero que en esta ocasión es algo más torpe y sensible de lo habitual.

Le da la réplica Ryan Gosling con un personaje hilarante, otro investigador todavía más obtuso, que sacará su perspicacia en los momentos más inesperados pese a su tendencia a caerse de las alturas y a meter la pata. La película se sostiene en las interpretaciones de sus protagonistas, que recibieron el visto bueno del director, Shane Black -realizador de "Iron Man 3" y guionista de la saga "Arma letal"-, para alimentar sus papeles.

"Cuando tienes algo de experiencia, te das cuenta de que mucho de este trabajo requiere de confianza, y Black confiaba en que Ryan y yo seríamos fieles al espíritu de lo que quería contar", considera Crowe. Por eso, valora por encima de todo la libertad que el cineasta les ofreció para dar vida a estos "dos buenos tipos": "No puedes ser divertido en un ambiente" de desconfianza y control excesivo, opina. ¿Qué le hacer reír a Russell Crowe? "No puedo predecir qué me va a encender el botón de la risa, pero si voy a ver una película para reír tiene que estar basada en los personajes, no sólo en unos cuantos chistes". El intérprete de "Gladiator" reconoce que durante su adolescencia y juventud fue "un gran fan de Gene Wilder" y que hablaba de él con Gosling durante la película, aunque podría añadir a "mucha gente" en esa lista de inspiraciones cómicas.

Una comedia "es graciosa si me creo al personaje y eso es lo divertido de esta película, sobre todo el de Ryan. Por muy extremo o absurdo que sea, sigue siendo un personaje real", opina, el actor, que asegura que "ama España".