Las obras de una nueva línea del metro han permitido hallar restos de instalaciones militares de la Roma antigua, datados en el siglo II d. C., y que ayer fueron presentados en la capital italiana.

Se trata de parte de una fortaleza militar que se encuentra a nueve metros de profundidad y consta de un pasillo central del que salen 39 estancias, la mayoría habitaciones de soldados, en las que se conservan algunos mosaicos del pavimento.

Su tipología militar y su emplazamiento, en el vértice de un triángulo compuesto por más estructuras castrenses, lo convierten en un descubrimiento "excepcional", según la directora de las excavaciones, Rossela Rea.

Por el momento se ha acondicionado la zona, de 1.700 metros cuadrados, y se están empezando a estudiar los restos arqueológicos, para precisar con más exactitud su datación y características. Su hallazgo ha contribuido a esclarecer la teoría de que el barrio en el que se encuentran las ruinas estaba destinado a uso militar, fuera del recinto de la ciudad. Los restos se encuentran en el lugar destinado a una de las estaciones de la futura línea C de metro y "se convertirán en parte del espacio arquitectónico" de la misma, explicó el superintendente Francesco Posperetti.