Tres respuestas muy distintas tras el Festival de Eurovisión celebrado el pasado fin de semana en Estocolmo. En Rusia, indignación; en España, decepción y en Ucrania, euforia.

El vicepresidente de la Comisión de Defensa y Seguridad del Senado ruso, Franz Kintsevich, afirmó ayer que Rusia no debería participar en el Festival de Eurovisión que organizará Ucrania en 2017 tras haber ganado la edición de este año con la cantante tártara Jamala y su tema "1944", que se refiere a las deportaciones de Stalin. Por su parte, la cantante española Barei, que acabó la número veintidós, admitió que la clasificación final es un varapalo, sobre todo para España, aunque mostró el orgullo por su actuación. "El número pesa mucho", reconoció Barei, que había soñado con dar a España una buena posición. Y en Ucrania la fiesta duró toda la noche. "¡Bien! ¡Una presentación increíble y victoria! ¡Toda Ucrania te lo agradece de corazón, Jamala!", escribió exultante en Facebook el presidente ucraniano, Petró Poroshenko.

"Si en Ucrania no cambia nada, no creo que debamos participar en eso", afirmó Kintsevich. Para el senador, la victoria de la cantante ucraniana Jamala es una prueba de que "la política se ha impuesto sobre el arte". "Es una señal preocupante que pone en entredicho el futuro de este concurso", apuntó.

"Eurovisión se celebrará el año que viene en Kiev y sus organizadores sudarán sangre para politizarla al máximo y mostrar el triunfo de la democracia a la ucraniana, incluso podrán montar el escenario en el Maidan", argumentó el senador. La canción ganadora, "1944", trata sobre la deportación de tártaros de Crimea durante la época de Stalin al frente de la Unión Soviética. El propio Stalin fue quien decidió ceder Crimea de Rusia a Ucrania, un territorio bajo control ruso desde 2014 como consecuencia del conflicto entre Kiev y los separatistas del este de Ucrania.

Varias voces han denunciado desde Rusia que el resultado se debe a la hostilidad hacia su país, ya que la representante ucraniana se impuso a Australia, que quedó segunda, y a Rusia, tercera, con la canción de Sergey Lazarev. Jamala es la primera tártara de Crimea que participa en el concurso.

Por su parte, Ucrania ha celebrado casi como una victoria militar el triunfo de su cantante Jamala en el Festival de Eurovisión, donde se impuso al representante de Rusia, Sergey Lazarev, uno de los principales favoritos, quien terminó en tercer lugar.

"La verdad ha vencido"

En una entrada en Twitter, el jefe del Estado ucraniano afirmó que con la voz de Jamala "habló todo el pueblo de Ucrania" y que, "como siempre, la verdad ha vencido". "1944", el tema interpretado por la cantante ucraniana, trata de la deportación de los tártaros de Crimea ordenada por Stalin durante la Segunda Guerra Mundial y levantó objeciones en Rusia, que la consideró un ataque. Y es que los tártaros de Crimea han denunciado que después de que Rusia se hiciera con el control de la península en 2014 la situación para ellos ha empeorado. Según indicó Jamala, que es hija de tártaros deportados de Crimea, su canción no está vinculada con hechos recientes en la península, sino con su propia historia familiar.