Hay de todos los gustos y de todos los palos.Desde aquellas aventuras de Clinton con "La Macarena" o con "Don't Stop", de Fleetwood Mac; hasta la última, que ha sido la del radical candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos Donald Trump. Tiene mal gusto para casi todo, pero para elegir música parece que no. Aunque seguramente su gusto no esté tanto en el oído sino más bien en el acierto a la hora de elegir el director de campaña, o lo que fuere, que, a su vez, le elige estas canciones "stonianas". Porque en esa "mochila disquera" llevaba también "Brown Sugar", que tiene sus connotaciones; y, sobre todo, la maravillosa "You Can't Always Get What You Want", de la que no sacó una lectura debida el señor Trump: "No siempre se puede conseguir lo que quieres", que es justo lo contrario de lo que pretende el candidato a la presidencia de EE UU.

No suele ser esta una pelea por derechos, que también; más bien los músicos rehuyen de identificaciones ideológicas. En el caso de Fleetwood Mac yClinton parece que había complicidad; en otros ("La Macarena") es una promoción impresionante. Pero sí que hay voces a las que no les interesa ni un pelo que su música suene según bajo que bandera ideológica. Por ejemplo Obama tiró de la bellísima "I'd Rather Go Blind" para una de sus celebraciones, ya electo, y no hubo problema. Bueno, sí lo hubo: Tuvo el desliz (el asesor) de invitar a Beyoncé, que, cierto, hace una versión maravillosa, pero aquella pieza era patrimonio de la gran Etta James.

En fin, asuntos de músicas y políticas en la que suelen estar involucradas estrellas, caso de Springsteen o de NeilYoung y tantos otros que tuvieron su rifirafes con políticos.Por cierto cuando Bill Gates inauguró Windows lo hizo con "Star me up" ("Enciéndeme") y lo hizo con permiso y pagando. Claro, que este Bill no es político.