Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Doce mujeres que rompieron el molde

Una actriz con mente genial, escritoras que ampliaron los horizontes del sexo femenino o la diva que hizo de su vida un mito

Hedy Lamarr como Dalila.

Vivieron en tiempos distintos y países distantes con circunstancias diversas pero las unía el mismo espíritu valiente y entusiasta, la voluntad indesmayable de superación y el deseo nunca aplacado de desarrollar la máximo su talento y sus necesidades vitales fueran cuales fueran los obstáculos que la sociedad, dominada por el punto de vista masculino, les pusiera delante. Doce mujeres que ocupan un lugar importante en la historia y que fueron un ejemplo de coraje y tenacidad en clave irrenunciablemente femenina. Eugenia Tusquets y Susana Frouchtmann las recuerdan en "La pasión de ser mujer" (Circe).

Hedy Lamarr (1914-2000), la Dalila por la que Sansón perdió la cabeza y la cabellera, fue una bellísima actriz austríaca que protagonizó el primer orgasmo de la historia del Séptimo Arte. Atrapada en el infierno de un matrimonio con un armamentista que tenía como clientes a Hitler y Mussolini, Lamarr huyó a Hollywood, donde brilló durante un tiempo como actriz a la que la cámara amaba sin reparos. Su belleza iba acompañada de una inteligencia científica prodigiosa: creó un sistema de comunicación de código indescifrable que permitiera a las fuerzas aliadas comunicarse entre ella sin que los alemanes pudieran acceder. En 1958 dejó el cine en plena madurez. "Antes de los treinta años ningún hombre me interesa porque no tengo tiempo ni ganas de enseñarles lo que deberían saber", decía una mujer hipersexual con incontables amantes. "Sin ella tal vez el mundo no estaría ahora globalmente conectado".

Madame de Staël (1766-1817) disfrutó, gracias a la fortuna que poseía, de una vida de libertad intelectual y sexual en tiempos no muy favorables para la mujer en esos terrenos. Y defendió sus derechos con tal ardor que incluso le plantó cara a Napoleón. Dejó 27 libros y mil cartas. Fue la reina de París como escritora "pero también como influyente mujer política. Liberal, progresista, abierta, extraordinariamente inteligente, culta. Excepcional". Amaba la conversación, defender sus ideas, escribir, luchar por la igualdad y los derechos del ser humano. Amante del amor. Murió un 14 de julio. "Espléndido final".

María Callas (1923-1977) fue la diva por excelencia, tuvo el mundo a sus pies y vivió diez años "deslumbrantes en los mejores teatros del mundo, adorada por el público, por los mejores directores de orquesta, por los realizadores de cine?" Su amor por el magnate Onassis la marcó a duelo. Cuando él la abandonó por Jacqueline Kennedy "se fue apagando, rompiendo. El que fuera gran amor de su vida no solo la dejó, sino que este abandono se había hecho público. Los sentimientos de ella estaban rotos, y su orgullo, herido". Nunca se recuperó. Callas "vivió todo lo que ella quiso y como quiso. Se dejó la piel para ser la mejor, se empeñó en ser hermosa y lo fue. Tomó las riendas de su carrera y solo las soltó al conocer a Onassis. Se rindió cuando lo que más amaba, la escena, y Onassis, resultaron incompatibles". Fue "una vida de la que aún se habla, porque ella misma hizo de su arte y su existencia un mito".

Emilia Parzo Bazán (1851-1921) fue una mujer de "extensísima obra que evidencia el talante de la escritora: feminista avant la lettre, intelectual liberal, humanista, comprometida y moderna (demasiado para casi todos sus contemporáneos), conocedora de todas las corrientes, lectora compulsiva. Su trabajo le dio prestigio, éxito y también dinero, algo insólito en una mujer de la España del siglo XIX".

Virginia Woolf (1882-1941) aceptó muy pronto "el sexo como algo natural sobre lo que no debía hacer grandes elucubraciones". Creía que las represiones victorianas estaban caducas y que explorar nuevas sensaciones a través del sexo era algo consustancial al ser humano. A pesar del reconocimiento como escritora siempre lo vivió "con dolor e incertidumbre". Su sexualidad libre y su mente sin ataduras no la protegían de las crisis que la amenazaban de continuo, la última de las cuales la condujo al río Ouse junto los fantasmas del pasado.

Raquel Meller (1888-1962) llegó a ser la artista mejor pagada del mundo, capaz de darle calabazas a Chaplin cuando le propuso hacer "Luces de la ciudad". Hija de un herrero y una empleada en una tienda de ultramarinos de la España profunda, "que entonaba bien pero sin poseer una gran voz", la suya fue una "proeza extraordinaria". Ninguna actriz española ha triunfado como ella, "una actriz que salió de la nada y ante la que el mundo se rindió. Supo estar en el escenario porque sabía cómo entonar, conmover, moverse, mirar, seducir, convencer? Sin que nadie le enseñara nada. Y porque nunca, tampoco, dejó que nada se interpusiera en su carrera".

Eleanor Roosvelt (1884-1962) es "una de las mujeres con más prestigio del siglo XX. Y la más importante 'primera dama' de Estados Unidos. ¿Más que Jacqueline Kennedy?, puede preguntar alguien. A lo que se puede responder -sin ninguna duda- que sí y con mayúsculas". Cuando descubrió que "para su marido aquel matrimonio distaba mucho de ser lo que significaba para ella, renació como mujer y persona. Y, por supuesto, jamás entró en sus nuevos planes convertirse en 'objeto'. Publicó 17 libros, entre ensayos y memorias, así como una infinidad de breves textos: para niños, de cocina, de etiqueta y costumbres? Invervino en programas de radio y durante 30 añois escribió un artículo diario en los periódicos".

Remedios Varo (1908-1963) nacida en Gerona y exiliada en México, fue una extraordinaria pintora mexicana cuya obra "rechaza cualquier tipificación; es el gran espectáculo de la libertad, un abrir de puertas a la todo tipo de seres, objetos y escenarios; la imaginación desbocada, sin límites, pero, al mismo tiempo, un control absoluto de la técnica". El país que la vio nacer, donde creció, se educó y formó, la tiene semiolvidada, pero en México es considerada un monumento artístico. "Muchas mujeres de sus cuadros son ella misma, que se buscaba una y otra vez a través del laberinto doloroso que es todo proceso creativo".

Hanna Arendt (1906-1975) discípula de Heidegger y Jaspers, "se convirtió en una celebridad intelectual en los primeros años de la Guerra Fría". En 1961 pidió a la revista "The New Yorker" cubrir el proceso al nazi Eichman en Israel. Uno a uno, los artículos "causaron escándalo o rechazo. No porque ella no encontrara espeluznante el Holocausto y todo lo que significó el nazismo, sino porque, una vez más, quiso comprender. A unos y otros".

Mercè Rodoreda (1908-1983) se convirtió en la autora catalana más leída y traducida. La plaza del diamante fue llevada a la televisión con gran éxito. Su obra es "de una magnitud asombrosa. A menudo comparada con Virginia Woolf, es uno de los mayores referentes de la literatura y ha sido traducida a numerosos idiomas. Esa mujer unas veces seria, otras jovial, coqueta y risueña; otras nostálgica, sombría? que vivió con ardor muchos de todos los posibles abismos terrenales".

Anaïs Nin (1903-1977) descubrió el sexo con mayúsculas con el escritor norteamericano y luego con June, la mujer de este, con quien pudo experimentar por primera vez el safismo y el voyeurismo. "La relación entre ellos se convirtió en el triángulo erótico más famoso del momento". Fue la primera escritora "avant garde, la primera mujer en escribir narrativa erótica en el minucioso relato de su relación con Miller". Exploró la mente y la sexualidad femeninas: "Todo lo escrito después reivindicando la libertad sexual de la mujer, la posibilidad de separar amor y sexo, se debe en parte a ella".

Teresa de Avila (515-1582) concibió un lugar para la mujer "en el ámbito espiritual, visible, inviolable y singular. Casada con Dios, hizo suyo para siempre un trono inmortal en la Iglesia". Y sus reliquias sobreviven cinco siglos después.

Compartir el artículo

stats