El papa Francisco pidió a los sacerdotes que sean "ministros de misericordia", que ayuden al "pueblo descartado" y que no sean "prisioneros" fascinados por "mil propuestas de consumo", durante la homilía de la Misa Crismal del Jueves Santo que celebró en la basílica de San Pedro.

El papa celebró ayer una misa que rememora "el día de la institución del sacerdocio" y por ello su homilía, como en anteriores Jueves Santos, estuvo dedicada a los consejos para los sacerdotes.

"Como sacerdotes, nos identificamos con ese pueblo descartado, al que el Señor salva y recordamos que hay multitudes incontables de personas pobres, ignorantes, prisioneras, que se encuentran en esa situación porque otros los oprimen", dijo el papa.

"Pero también recordamos que cada uno de nosotros conoce en qué medida, tantas veces estamos ciegos de la luz linda de la fe, no por no tener a mano el evangelio sino por exceso de teologías complicadas", agregó.

Para el papa, en algunas ocasiones los curas sienten su "alma sedienta de espiritualidad, pero no por falta de Agua Viva (...), sino por exceso de espiritualidades 'gaseosas', de espiritualidades 'light'".