Al pequeño Nicolás (llámenle Francisco, o Fran, me da igual, aquí seguirá siendo el pequeño Nicolás) una organización que ayuda a jóvenes españoles a labrarse un futuro en Australia le ha puesto una beca sobre la mesa. Será un curso intensivo. Al muchacho le pidieron que señalara sus antípodas en un mapa gigantesco y no hubo manera. Que si Groenlandia, que si Canadá. Y eso que es enorme, como dijo Rappel, aunque no continente, como dijo Rappel. El amigo de Aznar y Justin Bieber -si- quedó traumatizado. Se tiene por cerebrito. Y eso que en el OK Corral de Jorge Ja (desaparecido haciéndose las Asias) le calcularon un cociente intelectual de UT puntos, uno más que Karmele Marchante y varios menos que Yola Berrocal. En su descargo hay que decir que un índice de aciertos por debajo de la media de cualquier parvulario es un clásico de todos los grandes hermanos en las pruebas culturales (¿?). Y que Belén Esteban, que es princesa del pueblo y arrojó un nivel de ciento y pico en el mismo test, no es que no atine con la tierra de los canguros, es que no fue capaz de aproximarse siquiera a Álava. Claro que ella nunca pisó el CNI. Presuntamente.