Nancy Reagan, esposa y compañera inseparable del expresidente Ronald Reagan hasta su muerte en 2004, falleció ayer a los 94 años en Los Ángeles -California, EE UU- con lo que desaparece una figura fundamental de la historia reciente de Estados Unidos. Fue actriz. Actuó en Hollywood fundamentalmente entre los años 1940 y 1950, protagonizando películas como "El cerebro de Donovan", "Night into Morning" y "Hellcats of the Navy". Contrajo matrimonio en 1952 con Ronald Reagan, presidente en esas fechas del Sindicato de Actores de Cine.

El fallecimiento de la ex primera dama se produjo a causa de un fallo cardíaco, como confirmó la Fundación Reagan. Nancy, cuyo nombre de soltera era Anne Frances Robbins, fue la primera dama del país entre 1981 y 1989, una época en la que se convirtió en una figura pública de primer orden, dando un especial protagonismo a ese puesto. "Nuestra antigua primera dama redefinió ese papel durante su tiempo aquí", aseguraron el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y su esposa Michelle en un comunicado tras anunciarse su muerte.

Nacida en la ciudad de Nueva York el 6 de julio de 1921, al quedar viuda se convirtió en una apasionada defensora de la investigación con células madres, debido a que su marido, que falleció el 5 de junio de 2004 de una pulmonía, llevaba años sufriendo la enfermedad de Alzheimer.

Pese a sus continuas peticiones a los mandatarios que sucedieron al republicano Reagan, no fue hasta el primer mandato presidencial del demócrata Barack Obama cuando se levantaron en Estados Unidos las restricciones a la financiación pública de las investigaciones con células madre. Obama y su esposa destacaron ayer que Nancy "se convirtió en una voz que hablaba por las millones de familias impactadas por el alzhéimer" y una "activista a favor de los tratamientos que tienen el potencial y la promesa de mejorar y salvar vidas".

Pero por lo que es más recordada es por haber sido la compañera inseparable, confidente y aliada de Ronald Reagan, y por convertirse desde entonces en el paradigma y ejemplo de lo que se esperaba de una esposa del presidente de Estados Unidos.

"Cada vez que ella estaba en la habitación, él estaba mejor, y cada vez que estaba él, ella también estaba mejor", declaró a la cadena NBC el que fuera jefe de gabinete de la Presidencia de Reagan, Ken Duberstein, que calificó el día de "muy triste". "Aportó un sentido de clase, dignidad y elegancia (a la Casa Blanca) que todo el mundo admiró", agregó Duberstein.

Su tiempo en la Casa Blanca también estuvo marcado por el intento de asesinato que sufrió su marido en 1981, cuando recibió un disparo en la axila, y por la batalla contra el cáncer de pecho que ella misma tuvo que afrontar y que le fue diagnosticado en 1987.