Desigual abrió, con su propuesta Otoño-Invierno 2016, la 63 edición de la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid con una colección urbana, un "collage" cultural, que traslada a la calle donde viste, durante dos días, de color, diversión y exotismo el barrio de la Justicia. Los árboles de la Plaza de las Salesas de la capital cubren sus troncos con coloridas lanas para combatir el frío.

Al lado, la calle Santo Tomé se viste de fiesta con paraguas a modo de sombrillas y asientos que miran hacia los escaparates donde se muestra, de una forma diferente, la nueva colección de Desigual, que salta a la calle en un afán por "sorprender" y demostrar su "versatilidad". La moda, un sector en transformación constante, se plantea nuevas forma de dar a conocer sus diseños. Las pasarelas siguen aún siendo el corazón por el que palpita, pero cada vez más firmas apuestan por acercar las prendas de manera inmediata al consumidor.

En el caso de Desigual su objetivo es hacerle "disfrutar de una experiencia de marca", explica su director de marketing, Borja Castresana. "El corazón de cualquier colección es el producto, pero esta propuesta es una experiencia de marca, una forma de que el consumidor conozca en profundidad nuestro ADN, y una manera de aportar una valor añadido a la ciudad", continúa diciendo. Para ello, el espacio habitual de una biblioteca náutica se transforma en un improvisado muestrario de su última colección, un atractivo apoyo al que se suma el coqueto restaurante de al lado, "Creme de la creme", en la que los maniquíes lucen las prendas de la colección como clientes habituales. Un poco más adelante, para sorpresa de los viandantes, lo que hasta hace unas horas era una tienda de decoración se ha convertido en el lugar ideal para mostrar la colección infantil y de hombre.

Tres lugares en los que se muestran las tres características más relevantes de la colección. Por un lado, patrones y geometrías; por otro destacan las texturas de abrigos de mullido pelo y terciopelos y, por último, el color, donde el rojo es predominante. Desigual presenta su colección en tres ciudades, Barcelona, Madrid y Nueva York "cada una con una personalidad y, por ello, la forma de darla a conocer es distinta", indica Castresana.

"Queremos sorprender sin dejar de ser Desigual", lo que invita a la firma seguir siendo "pionera" en no apostar por un formato rígido a la hora de mostrar sus diseños. Es aquí donde la tecnología juega una baza importante y las redes sociales se convierten en su perfecto aliado. Twitter, Periscope y la retransmisión en "streaming" son sus apuestas para presentar un proceso creativo "muy artesanal", con referencias a grandes metrópolis y con estampados con orígenes entre oriente y occidente.