El diseñador André Courrèges, uno de los iconos de la moda francesa del siglo XX y quien popularizó la minifalda en la década de los sesenta, murió a los 92 años. Courrèges fue quien vistió a Massiel para el festival de Eurovisión en 1968, cuando ganó con La, La, La. Un vestido que causó furor en aquel entonces por su corte minifaldero y su estampado sesentero. Courrèges falleció tras más de treinta años de "combate contra el mal de Parkinson".

André Courrèges creó su propia marca en 1961 con el apoyo de Balenciaga, su antiguo maestro. Y llegó al mundo de la moda en los sesenta para liberar a la mujer de corsés, popularizar la minifalda o el pantalón, e introducir su peculiar visión futurista llena de geometría e impregnada de arquitectura.

La falda trapecio, el "pantacourt" (pantalón pirata) o sus característicos minivestidos conforman parte del legado de un hombre que, de alguna forma, se hallaba como un pez fuera del agua en el mundo de la moda.

Lo suyo eran las formas y el encanto por la geometría, pasiones nutridas en sus estudios de ingeniería de puentes y caminos, donde se familiarizó con los conceptos básicos de la arquitectura.

Y luego, la luz. El blanco refulgente, el rosa... su paleta de colores siempre estuvo influida por la luminosidad. Ese blanco con el que Courrèges sorprendió en 1964 en una de sus colecciones más recordadas, The Moon Girl, la chica de la luna. Frente al "vestidito negro" de Coco Chanel, el modisto popularizó su "vestidito blanco". Sin romper con Balenciaga, Courrèges revolucionó la moda con propuestas que trastocaron los principios conservadores de la sociedad. Y para ello tuvo musas que vistieron sus diseños pop, bellas musas como Catherine Deneuve y Jane Birkin, Twiggy o Françoise Hardy.