El Papa Francisco cumplió ayer 79 años, a menos de cuatro meses para que se cumplan tres años de su pontificado y en una jornada en la que el Vaticano no programó ningún acto oficial, pues la costumbre es festejar sólo la onomástica.

Jorge Bergoglio (Buenos Aires, 1936) ofició, como cada día, la misa en la capilla de Santa Marta a las 8.00 horas y durante el resto del día siguió con sus obligaciones como jefe de la Iglesia católica. Recibió en audiencia a los embajadores de Guinea, Letonia, India y Bahrein en ocasión de la presentación de sus cartas credenciales. Ante ellos, en un discurso destacó que ante la multiplicación de los conflictos y del terrorismo, está creciendo en el mundo "una reacción no violenta", sino "espiritual y moral" que debe ser apoyada y alimentada para construir la paz.

Hoy tiene previsto presidir la apertura de la Puerta Santa de la Caridad en una de las sedes de la organización Cáritas en Roma, un acto que forma parte del calendario del Jubileo Extraordinario de la Misericordia, que comenzó el pasado 8 de diciembre y que concluirá el 20 de noviembre de 2016.

El miércoles, durante la tradicional audiencia en la plaza de San Pedro, los fieles católicos que acudieron a escuchar al Papa aprovecharon para felicitarle por adelantado y hacerle una fiesta con bailes, cánticos y tartas incluidas.

El año pasado, cuando su septuagésimo octavo cumpleaños coincidió con la audiencia general, más de 7.000 bailarines de tango regalaron al papa una milonga multitudinaria.

Ya hace días que están llegando al Vaticano mensajes de augurios desde todo el mundo para Jorge Bergoglio. El presidente de Italia, Sergio Mattarella, mandó un mensaje de felicitación también de parte de "todos los italianos, cuya estima hacia usted es sincera y profunda". "También a través de sus viajes apostólicos en áreas del mundo a menudo olvidadas, usted se ha hecho portador de un mensaje de paz universal que ha encontrado amplia acogida en Italia y en el mundo entero, tocando el corazón de creyentes y no creyentes", destacó Mattarella.

Jorge Mario Bergoglio es el primer obispo de Roma latinoamericano y también el primero jesuita. Actual máximo representante de la Iglesia Católica y octavo jefe del Estado de Ciudad del Vaticano, es el pontífice número 266 y sustituyó a Benedicto XVI, primer papa de la Era Moderna que renunció al pontificado.

Se graduó en Ciencias Químicas, pero optó por los estudios eclesiásticos y el 11 de marzo de 1958 ingresó en el noviciado de la Compañía de Jesús.

El 13 de marzo de 2013 fue elegido papa en el segundo día de cónclave y al quinto escrutinio, y eligió para su pontificado el nombre de Francisco y el lema "Miserando atque eligendo" ("Lo miró con misericordia y lo eligió").

Desde entonces, ha iniciado un proceso de reforma de las estructuras de la Curia, con atención especial en la parte económica y financiera. Ha mantenido audiencias con mandatarios de todo el mundo, como el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, el presidente de Perú, Ollanta Humala, la presidenta argentina, Cristina Fernández, la canciller alemana, Angela Merkel, o el presidente de Uruguay, José Mújica. A los reyes de España, Felipe VI y Letizia, los recibió en el Vaticano en junio de 2014 en el que fue su primer viaje oficial al extranjero.