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Johnny Depp, un malo que huele a "Oscar"

El actor, nominado tres veces a los premios de Hollywood, logra a los 53 años uno de sus mejores papeles alejado del histrionismo y metiéndose en la piel de un capo en "Black Mass"

Johnny Depp, un malo que huele a "Oscar"

Johnny Depp es uno de esos actores incomprendidos e idolatrados casi a partes iguales. Un músico que la casualidad transformó en actor de culto y que, tocando una sola tecla, salió catapultado al estrellato. El protagonista de carrera que es un claro ejemplo del vaivén de Hollywood; al que la crítica le ha amado por personajes como "Eduardo Manostijeras" o el Sombrerero Loco de "Alicia en el País de las Maravillas", pero que también le ha despellejado por sus últimas apariciones en la gran pantalla en títulos como el "Llanero Solitario" o "Mortdecai".

Pero justo, cuando se pensaba que su estrella se había apagado para siempre, Depp, a sus 53 años, ha dado un golpe de efecto que le ha puesto directamente en la órbita del "Oscar". Su interpretación de Whitey Bulger, uno de los criminales más famosos de Estados Unidos, en la cinta "Black Mass" ("Pacto criminal"), que se ha estrenado este fin de semana en España, le ha reconciliado con el público más escéptico y con la crítica más feroz. Una película en la que el actor, una vez más, se vuelve difícilmente reconocible debido a su increíble transformación; y en la que demuestra que sabe hacer mucho más que excentricidades. Y parece que su imagen envejecida, entrada en kilos y con calvicie, le ha dado también esa madurez interpretativa que muchos reclamaban porque quizás, hasta ahora, no le habían entendido.

Hablar de la carrera de Johnny Depp es hablar de Tim Burton. El actor y el director forman una de las parejas artísticas más estables de la industria estadounidense. Su relación nació en 1990 con Edward, el papel protagonista de Depp en "Eduardo Manostijeras". Un personaje que demostró la habilidad de Depp para meterse en cualquier piel y que supuso su primera nominación a los Globos de Oro. Después llegaría su papel de criminólogo intrépido en la oscura "Sleepy Hollow" (1999); su estrambótico Willy Wonka en "Charlie y la fábrica de chocolate" (2005); su adaptación a dibujo animado en "La novia cadáver" (2005); su espeluznante barbero asesino en "Sweeney Todd" (2007), con la que ganó el Globo de Oro y su tercera nominación a los "Oscar" (las dos anteriores habían sido por "Piratas del Caribe y la maldición de la Perla Negra", en 2003, y por "Descubriendo Nunca Jamás", en 2004); y su perfecto alocado Sombrerero en "Alicia en el País de las Maravillas", en 2010.

Pero si hay un personaje que marcó la carrera de Depp fue Jack Sparrow, el protagonista de la saga "Piratas del Caribe" que convirtió al actor en estrella de Disney y en uno de los rostros más imitados de la historia. Pero los rumores sobre su persona, desde su falta de higiene personal hasta excéntricas manías consumistas que rozaban el absurdo, pasaban a un segundo plano los éxitos de taquilla. Pero superadas las aventuras sentimentales, desde Winona Ryder a Amber Heard, su actual mujer, pasando por Kate Moss y Vanessa Paradis, con la que tiene dos hijos en común; superada su adicción al alcohol y la selección de títulos que solo perseguían un éxito comercial, Depp ha dado un golpe en la mesa y ha demostrado con "Black Mass" que es mucho más que un actor maniático, con caprichos de rico y cara de niño bueno.

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