Todo lo que se sabe de Ri Sol-Ju no es a ciencia cierta. De hecho, lo más seguro que se ha dicho de esta mujer de unos 27 años (la edad tampoco es fija) es que al menos tiene un bolso de Dior valorado en cerca de 1.500 euros. De ello dan fe las fotografías oficiales difundidas por el gobierno de la República Popular Democrática de Corea, de la que ella es primera dama como esposa (se supone, de nuevo) de su líder (esto sí que es fijo) Kim Jong-un.
Ri Sol-Ju asombró al mundo en 2012, primero, por aparecer junto a su marido en un acto institucional, y luego, por lucir a su lado un pequeñito bolso de la maison francesa, negro y con correa plateada, cuyo precio sería muy difícil de calcular en wons norcoreanos, pero mucho más costear con los limitados sueldos que tienen los ciudadanos de un país que pasa por ser la dictadura comunista más férrea, opaca y feroz del planeta, al tiempo que la más fascinante por aquello de que las cosas que suceden dentro de sus fronteras llegan con cuentagotas al mundo libre y siempre a través del tamiz de Corea del Sur, su estado vecino con el que está en guerra oficialmente desde 1953.
Pero la política (o lo que sea que se hace en los dominios de Jong-un) para los políticos. Del lugar que Corea del Norte ocupa hoy en día en la escena geopolítica mundial se ha hablado abundantemente en las últimas semanas, con motivo de los fastos del 70.º aniversario del Partido del Trabajo que, según la Wikipedia, gobierna el país en base "a la ideología juche, que fusiona el socialismo con la cultura tradicional coreana".
En el caso de Ri Sol-ju, con su bolso de Dior, ella ha tratado de fusionar, más bien de compaginar, su papel de primera dama con el de ciudadana de un país austero (no les queda otro remedio). El resultado, pues el de la foto oficial: vestidito comedido, en blanco y negro, con largo por la rodilla, medias blancas casi tupidas y tacones contenidos negros del estilo de los letizios (por la apertura delantera).
Ríos de tinta corrieron por exhibir bolso de Dior en un país, recogieron las crónicas, cuyos ciudadanos nada más que tienen un cuenco de arroz para llevarse a la boca al día. De lo que ella piensa de las críticas poco o nada se sabe. Sólo evidencias. Una, que al igual que muchas primeras damas que en estos tiempos huyen de la ostentación estética, Ri Sol-Ju ha optado por no separarse de su Dior de cadena plateada, ya que el mismo complemento (junto a los letizios) ha podido ser visto junto a su dueña en las pocas fotografías que se han difundido desde 2012 hasta la actualidad. A ella, como a reinas y princesas europeas, no le duelen prendas por repetir modelo, que no están los tiempos para mucho derroche o, al menos, para hacer alarde de ello. Pero en su caso no cuela por motivos evidentes.
Con todo, el protagonismo que en los últimos tres años ha tenido Ri Sol-Ju ha contrastado con lo poco que se ha dejado ver en los actos del Partido del Trabajo, que han durado varios días e incluso han podido ser contados al mundo en directo por medios de comunicación de todo el mundo (con la constante supervisión de miembros del régimen), entre ellos, Televisión Española.
Muchos se preguntan si la treintañera en ciernes (su marido cumplirá 33 en enero) guarda reposo por un nuevo embarazo. Por lo visto, el peculiar matrimonio tiene ya una niña nacida en 2012. Aquí también se supone, pero con algo más de fundamento, pues el exjugador de baloncesto de la NBA, el excéntrico Dennis Rodman, lo cacareó a los cuatro vientos nada más abandonar Corea del Norte en una visita en 2013, en la que compartió días de ocio y diversión con Jong-un. De aquella se contó que el deportista iba a ser entrenador de la selección de baloncesto norcoreana y que incluso iba a promover un partido amistoso con viejas glorias del basket norteamericano. Pero de momento, nada. Se ve que a líder supremo de Corea del Norte no le sentó muy bien el marujeo sobre su familia.
Y eso que Rodman se deshizo en halagos hacia Jong-un, hijo de Kim Jong-il, a quien sustituyó en el gobierno en setiembre de 2011 al fallecer éste. Según cuentan, el abuelo de la pequeña Kim Ju-ae (la hasta ahora única y supuesta hija del matrimonio) se oponía a que su heredero cortejase y se casase con Ri Sol-Ju. Pero este amor, como se ha visto con el paso del tiempo, no lo pudo frenar ni el más temido líder del planeta.
