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Un gran vacío en el Planeta

La ausencia del fallecido José Manuel Lara llena de emotividad la presentación del premio, en la que su hijo reitera que se irán de Cataluña en caso de independencia

De izquierda a derecha, Pere Gimferrer, Alberto Blecua, Carmen Posadas, José Crehueras -presidente del grupo editorial-, Rosa Regás, Fernando Delgado, Juan Eslava y Emili Rosales, los miembros del Jurado que fallarán hoy el Premio Planeta. // Efe

Ayer lo importante en Barcelona no eran las habituales quinielas con posibles (o imposibles) ganadores y finalistas del premio Planeta en su 64 ediciòn. Ayer no era un día para arrancar recordando cifras de ventas o haciendo reproches a la piratería que hiere a la industria editorial. Ayer, miércoles, 14 de octubre de 2015, fue un día histórico porque la tradicional mesa redonda que sirve de prólogo informativo no estaba presidida por un apellido Lara. La muerte el pasado mes de enero de José Manuel Lara Bosch hizo que el tono festivo (de celebración del acto de leer) de los galardones estuviera tiznado de emoción desde la primera a la última página. Sobre todo, cuando el silencio se apoderó del salón de actos del incomparable marco (aquí la sobada expresión cobra sentido) que es el hospital Sant Pau, el conjunto modernista más grande del mundo, y en la pantalla cobró vida el recuerdo de gran ausente, con un montaje de fotografías y vídeos que le mostraban junto a personalidades políticas y, sobre todo, junto a sus autores, desde Manuel Vázquez Montalbán a Terenci Moix.

Un engarce de imágenes que a más de uno le pusieron un nudo en la garganta, y que arrancaba con una frase del editor que le definía a la perfección: "El libro es lo que más amo". En cualquier caso, en la mesa sí estaba representada la familia Lara: su hijo José Manuel Lara García-Piriz, cuya voz ya dejaba bien claro el mal trago que suponía asistir por primera vez a un premio sin la presencia de su padre. Sin embargo, el joven Lara no dudó el coger el toro por los cuernos y recordar la frase de su padre que tanta polvareda levantó en 2012, "cuando dijo que si Cataluña fuese independiente, Planeta tendría que irse a Madrid, Cuenca o Zaragoza". Cuando se le volvió a preguntar por ese espinoso asunto, se reafirmó en sus palabras, ratificadas por el nuevo presidente, José Crehueras.

Crehueras lo dijo desde el principio: ayer, después de tantos años, había un "gran vacío" en la mesa. El vacío que dejaba "un magnífico editor, un lector empedernido y un amigo de los autores". Elogió su "extraordinaria capacidad estratégica", su gran capacidad de trabajo. "Mañana", recordó luego el hijo de Lara, "seguro que vendrán ministros, presidentes, autores, empresarios...Y quiero pensar que mi padre estará también allí". "Se lo debo todo", dijo, y subrayó que, cuando en 2011 le diagnosticaron una enfermedad letal, dio un ejemplo de entereza al enfrentarse a ella".

Los miembros del jurado no hablaron de los posibles ganadores y dedicaron su tiempo a recordar al ausente. Carmen Posadas recordó que, como todos los grandes hombres, era un hombre pendiente de los pequeños detalles. Rosa Regàs, "mi escritora roja preferida" en palabras de Lara, dijo de él que había creado "un imperio de editoriales, en el que cada un mantiene su propia política". El poeta y académico Pere Gimferrer viajó a los tiempos en los que fueron "compañeros de pupitre" en la Escuelas Pías. Con el paso, y el poso, de los años "cada uno aprendió cosas del otro y muchas veces sobraban las palabras". El escritor Juan Eslava Galán dijo de Lara Bosch que era el fruto de un matrimonio en el que "el viejo Lara entendía de números y su esposa Teresa sabía de libros, y José Manuel fue el resultado felicísimo de esas dos sensibilidades". Pero fue el escritor Fernando Delgado quien puso más alto el listón de la emotividad al recordar que cuando ganó el premio Planeta en 1995 la alegría si tiñó de tristeza porque ese mismo año moría, en plena juventud, Fernando Lara Bosch. De José Manuel Lara destacó "su espíritu de verdadera convivencia, su tolerancia sin cobardía, sin renunciar a sus propios principios y a su manera de ver la sociedad".

Creuheras no dejó pasar por alto el peligro de la piratería, o, más bien, "robo a los autores", un daño que se cifra en 335 millones de descargas ilegales, unos 900 millones de euros. "Hemos de exigir al Gobierno medidas más contundentes y además concienciar a los niños y a los jóvenes de que va contra la cultura", exigió.

En las preguntas, el ambiente se hizo más frívolo. Sobre todo, cuando un periodista preguntó si era cierto que entre los posibles ganadores se encontraban autores multiventas como Javier Sierra o famosos de la tele como Cristina Pedroche o Iker Jíménez. Lo cierto es que hasta esta noche, en el Palacio de Congresos de Cataluña, no se sabrá quién se lleva los 601.000 euros del premio ganador y los 150.250 del finalista. Candidatos hay muchos, desde el exdiplomático Inocencio Arias y la presentadora de televisión Mónica Carrillo o la autora argentina Reina Roffé hasta autores ya de sólida carrera como José Carlos Somoza y Susana Fortes u otros que empiezan a despuntar como Javier Sebastián.

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