Llega el otoño, y con él un nuevo cambio de armario. Los días cada vez son más cortos, las temperaturas bajan y el sol pierde intensidad. Por eso ya apetece pensar en prendas de abrigo, tejidos más armados y zapatos que cubran el pie. Pero, ¿cuáles son los más adecuados? Aquí va un resumen de las principales tendencias de moda para este otoño-invierno.

Una de las prendas con más presencia esta temporada es el pantalón, pero con nuevas caras. El pitillo, la forma ajustada a la pierna de arriba a abajo, que lleva reinando una década en las pasarelas y entre los influencers (los que marcan tendencias), y que goza de éxito desde los años 80, está herida de muerte. Las grandes casas de moda y los imperios del textil apuestan por formas acampanadas, piezas anchas en su totalidad y los culotte, los pantalones a media pierna, en su versión recta o rematados en una ligera forma de campana. El estilo más pegado se reserva a los leggins o a los pantalones de piel, que siguen presentes otro invierno más.

El largo a media pierna de los pantalones salta también a vestidos y faldas; por algo el midi es el corte favorito de las prendas esta temporada. Las primeras se presentan creando siluetas lápiz con su versión más ajustada, o creando formas de campana con las más amplias. Los vestidos a media pierna, sin embargo, suelen ir pegados al cuerpo, porque el material estrella para ellos es el punto de canalé. Un tejido que también se apodera de los tops más cortos (los famosos crop tops, por encima del ombligo, que no se van ni en invierno); pero que tiene en los vestidos a su pareja de baile perfecta. Combinados con un abrigo oversize, unos botines de tacón ancho y un bolso de colgar, habremos creado uno de los estilismos más acertados para estos meses.

El demim sigue teniendo peso, sobre todo en entretiempo. Chaquetas, pantalones acampanados y camisas de tejido vaquero que forman conjuntos casual junto a chalecos, chaquetas y bolsos de ante y cubiertos de flecos. Y es que el espíritu 70 que ya se dejó sentir este pasado verano, adquiere su máximo exponente este invierno y de cara a la próxima temporada estival. El estilo setentero también se deja notar en los vestidos largos y vaporosos, de inspiración bohemia, y en los bolsos tipo bombonera, uno de los imprescindibles en los looks de estos meses.

Los abrigos se llevan amplios, y si son de pelo, mejor. Estes tejidos se apoderan de las prendas exteriores, de los complementos y hasta del calzado. El estilo yeti ha decidido regresar. Gorros, guantes, bolsos, manguitos, chalecos, chaquetas, abrigos... todo se viste pelo. Y de borreguillo, que invade chaquetas perfecto, chalecos y cazadoras tipo bomber. Las capas también tienen mucho tirón, o los pañuelos XXL envolviendo el cuerpo, que son otra buena opción. En la noche, el terciopelo es el rey. Cubre vestidos y tops lenceros, camisetas de manga corta, chaquetas masculinas, monos y pantalones.

La paleta de colores está dominada por el marsala (un granate vivo), el elegido por la empresa Pantone como color del año 2015; el amarillo, el verde militar, el morado, el beige, el azul marino y el gris. Sin olvidar el blanco y negro, que nunca faltan. Se llevan los "total block", los looks monocolor. Pero también los estampados en cuadros, estrellas, flores y rayas. El plisado es otra buena apuesta, sobre todo en las faldas midi combinadas con camisas y jerséis de cashmere oversize. Además, es una tendencia que las semanas de moda han confirmado que se quedará por lo menos otra temporada más. Como la imprescindible cazadora de cuero negra o los abrigos rectos y largos de lana fría. Los 60 también cobran protagonismo gracias a las siluetas de los vestidos mini y a las faldas en forma de campana, y con corchetes en el centro, que continúan en el armario. En los pies se mantienen las zapatillas blancas para los looks más sport; los botines de piel y tacón ancho, si tienen formas geométricas incluso mejor; las sandalias para los días otoñales mas calurosos y las botas extra largas para los estilismos más cañeros. Los zapatos masculinos continúan siendo un acierto, al igual que los inmortales stilettos o zapatos de salón.