Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

22 | Martes Teatro real

Fue cosa -léase legado, inversión, acierto, magna obra, capricho, etc., según gusto, facción y opinión- de Fernando VII, el Deseado, el rey Felón. Al cabo, un Borbón. Tataratabuelísimo del monarca. Real, vamos, como el teatro ídem que mandó construir el Deseado, o Felón. Siglos después, el novelista, el Nobel, abandonaba precipitadamente una mesa redonda en el Ateneo de Madrid farfullando una disculpa: "Tengo que ir al Teatro Real. Van los reyes y no puedo llegar tarde". Pues no conoce a su dama. Isabel Preysler siempre llega tarde. Es una tradición. También está siempre impecable. Y si se separa, siempre con elegancia (escribió un prólogo en un libro tal). Por pelos, y protocolo, la real pareja entró la última, tras la pareja real. Cinco minutos apenas. No hubo felonía.

Compartir el artículo

stats