Anda que no gusta ver a los españoles gestos cómplices y de amor entre los Reyes de España, como cuando ambos se dieron un beso hace unos pocos años en el puerto de Palma. O cuando la Reina ayudó al Rey a moverse con la muleta en una recepción oficial. O, más recientemente, cuando ésta acudió varios días seguidos a la clínica donde su esposo estaba ingresado tras ser intervenido.

Unos gestos muy difíciles de ver últimamente y que quizás, a partir de ahora, con el anuncio de abdicación, serán prácticamente inexistentes al no tener la pareja que prodigarse obligatoriamente en público, una vez dejen de ser Reyes de España.

Si la relación personal de los monarcas ha pasado por altibajos, no ha sucedido lo mismo con la profesional, que siempre se ha caracterizado por el buen hacer y saber estar de la Reina en cada momento junto al Rey.

Precisamente fue este adjetivo, "profesional", el que ha utilizado Don Juan Carlos en alguna ocasión para elogiar a Doña Sofía, una mujer que siempre ha estado a su lado, para lo bueno y para lo malo. En su discurso de abdicación el Rey se refirió a ella y quiso hacer pública su "gratitud a la Reina" por la "colaboración y el apoyo" que ésta siempre le ha prestado.

Porque ella siempre ha estado ahí. Por eso ha llamado la atención que a las pocas horas de que don Juan Carlos anunciase su abdicación, doña Sofía se embarcase rumbo a Nueva York, donde hoy recibirá la medalla "Path to peace". Ayer intervino ante la junta ejecutiva de Unicef, cuyo comité español preside desde 1971. En este viaje unos han visto una muestra más del distanciamiento entre los monarcas; pero otros, la necesidad de doña Sofía de cumplir hasta el final con una agenda que está a punto de quedarse en blanco.

Porque lo más lógico, una vez su hijo se convierta en Felipe VI, es que la que ha sido reina de los españoles durante 38 años se aparte de la esfera pública y adopte un perfil bajo para permitir que se consolide la imagen de Doña Letizia. Así lo señala Carlos Fuente, director del Instituto Universitario de Protocolo de la Universidad Camilo José Cela, que considera que lo más probable es que doña Sofía permita a su nuera despegar como reina sola, y que el Rey haga lo mismo con su hijo. "Lo cierto es que no se jubilarán del todo, pero deben facilitar que los nuevos reyes se abran camino", explica Carlos Fuente.

¿Y qué papel de aquí a unos meses le corresponderá a la Reina Sofía de cara al público? El experto -que fue director de protocolo de la Fundación Príncipe de Asturias- señala que la actividad social, institucional, de la que podría ser considerada reina madre (una figura que, de momento, no existe en España) deberá ser la que marque el futuro Rey: "De acuerdo a las costumbres internas es el jefe de la Casa el que manda y el que establece qué ha de hacer cada uno. No sólo la "reina madre", sino el "rey padre", sus hermanas...".

La Constitución Española no establece un papel concreto para los progenitores del Rey (se espera que su hijo les conceda un título). "No estamos acostumbrados, además, a que pase esto. Apenas hay antecedentes de reyes que se hayan ido", añade Fuente, quien tiene claro que "es de suponer que se mantendrá la tradición y que tanto don Juan Carlos como doña Sofía conservarán el tratamiento de majestades y los honores de reyes, siguiendo así una norma no escrita que cumplen todas las casas reales europeas".

Culta, amante de la música, la danza y la pintura, Doña Sofía ha destacado por su apoyo a los más necesitados y la lucha contra el hambre en el mundo. Tampoco ha pasado desapercibido su amor por los animales y lo poco amiga que es -al contrario que el Rey y su hija mayor, la Infanta Elena- de las corridas de toros. Algo, esto último, en lo que parece coincidir con doña Letizia, a quien ahora le toca ocupar el hueco que deja la que, según ella, es su modelo a seguir de reina.