Si bebes, no conduzcas. Parece que la campaña que la Dirección General de Tráfico lanzó hace años en España y que consiguió convertirse en un auténtico eslogan de los que se quedan grabados en la memoria sigue sin ser capaz de convencer a los conductores, tanto a los desconocidos como a los famosos, que, lejos de dar ejemplo, amplían la lista de los imprudentes que cogen el volante ebrios.

El último caso fue el del ex portavoz del Gobierno de José MaríaAznar y asesor de la alcaldesa de Madrid, Miguel Ángel Rodríguez, que fue detenido la pasada semana conduciendo por Madrid cuadruplicando la tasa permitida de alcohol. El político provocó un accidente en el que no hubo que lamentar víctimas humanas, pero sí materiales, ya que se llevó por delante varios coches que se encontraban aparcados. Rápidamente, el político quiso enmendar su error disculpándose por su "mal ejemplo" a través de un mensaje en la red social Twitter. Pero Miguel Ángel Rodríguez no ha sido el primer famoso en abrir esta veda tan peligrosa.

El ex torero José Ortega Cano acaba de ser juzgado por la muerte de Carlos Parra, al que se llevó por delante al invadir su coche el carril del sentido contrario. La sentencia condena al ex torero a dos años y medio de cárcel por los delitos de homicidio imprudente y conducción temeraria. Aunque varios testigos aseguraron que habían visto a Ortega Cano bebido y al torero se le practicó una prueba de alcohol que desveló que su nivel de alcohol en sangre era de 1,26 gramos por litro, sobrepasando los límites legales, esta prueba no se ha tenido en cuenta en el proceso, al considerar la jueza que se rompió la cadena de custodia de la prueba y no queda probado que condujera bebido. Ortega Cano declaró ante la juez que sólo "se mojó los labios" con champán en un bar donde le invitaron a una copa.

El alcohol al volante ha sacado los colores a más de un famoso y no sólo en España. Conocidísimo es el caso de la actriz Lindsay Lohan, que lleva años intentando rehabilitarse de su adicción a las drogas y al alcohol. Ella misma se declaró culpable de cinco delitos por conducir borracha y posesión de drogas.

El que fuera marido de la fallecida Whitney Houston, Bobby Brown, es otro de los famosos casi tan conocido por sus problemas con la ley a causa de conducir en estado de embriaguez como por su carrera profesional. Brown ha llegado incluso a entrar en prisión por estos delitos.

Y la lista de "borrachos al volante" se engrosa con nombres de deportistas, como el del futbolista del Arsenal Nicklas Bendtner que fue detenido en Copenhague conduciendo borracho y en sentido contrario.

"Beber y conducir no es una buena idea, asumo toda la responsabilidad. Estoy muy triste por mis amigos y mis fans", aseguró el futbolista en una de sus redes sociales, que se han convertido en el muro de disculpa de la mayoría de los famosos.

El cantante George Michael y el actor Russell Crowe fueron también detenidos por los agentes de la Policía por su irresponsabilidad de conducir bajo los efectos del alcohol, la juerga se les fue de las manos y ambos acabaron la fiesta en las dependencias de policiales. Su conducción haciendo eses por las carreteras no dejaron lugar a dudas a los agentes, que tras pedirles que soplasen comprobaron que las dos estrellas no estaban en condiciones para llevar un coche.

Mel Gibson también fue otra de las estrellas que acabaron perdiendo el control del volante de su coche por conducir con unas copas de más.

Arsenio Pacheco, diputado del PP por Murcia, fue condenado a una retirada de carné de ocho meses y a una multa de 2.400 euros por conducir bebido y causar un accidente en Murcia en el año 2010. Fue la misma condena que le impusieron a

Ignacio Uriarte, ex presidente de Nuevas Generaciones, que concurría a las elecciones porValencia en los últimos comicios y que también fue "cazado" por la Policía conduciendo bajo los efectos del alcohol. Ninguno de los dos ha renunciado a su cargo y siguen siendo diputados.

El que sí se ha retirado de la política tras ser pillado conduciendo ebrio es el ex concejal del PP de Santiago de Compostela Ángel Espadas. Los agentes aseguraron que el político tenía la "voz pastosa y olor a alcohol", y el atestado explicaba que al bajarse del vehículo mostró una "deambulación vacilante".

En 2002, Ricardo Bofill, hijo del arquitecto catalán Ricardo Bofill y ex de Paulina Rubio, fue condenado a un año sin permiso de circulación y a una multa de 2.160 euros por conducir en estado ebrio y saltarse un semáforo en el centro de Barcelona. Tan famosos, tan irresponsables. ¡Stop!