El respeto, en la medida de lo posible, de los elementos ornamentales y arquitectónicos originales de la vivienda, fue una de las premisas básicas a la hora de afrontar el diseño de interior de esta vivienda situada en una de las zonas nobles de la ciudad de Valencia, el barrio del Eixample.

El Eixample, o Ensanche en su acepción en castellano, es un barrio que empieza a gestarse a finales del siglo XIX por la necesidad de resolver importantes problemas de la ciudad, como la progresiva escasez y encarecimiento de los solares urbanos, el hacinamiento y la insalubridad de las viviendas tradicionales, o la planificación de un sistema viario más racional.

El propósito antes comentado de conservar los elementos más característicos de la edificación (en el que las intervenciones anteriores habían cerrado ventanales, aunque, por otro lado, los suelos de baldosas hidráulicas se encontraban en buenas condiciones) se tradujo en el respeto de los mosaicos de pavimentos y los techos, y en la aplicación de los elementos necesarios para adaptarlos a las nuevas exigencias de habitabilidad.

En este sentido, las mayores dificultades surgieron a la hora de ubicar (respetando los volúmenes originales) las instalaciones actualizadas de aire acondicionado, gas, fontanería o electricidad. Para ello se tomó la decisión de combinar parqué con el pavimento hidráulico original (al que también se aplicó un proceso de restauración) con el objeto de otorgarle una mayor calidez. Se rescataron manivelas originales de estilo art déco, así como la carpintería de las puertas que estaban integradas en la vivienda.

En el capítulo de mobiliario se apostó por muebles de estilo contemporáneo, de líneas rectas, en combinación, como elementos decorativos, con chapas metálicas publicitarias (sobre todo, de los primeras décadas del siglo XX) y diversos detalles adquiridos en mercadillos para personalizar las estancias y dotar a la vivienda de un aire más informal.

En cuanto a la iluminación, se optó por la luz indirecta en paramentos verticales con tiras de leds, en fusión con lamparas de diseño vintage conseguidas en mercadillos y sometidas también a un intenso trabajo de restauración, como es el caso de la lámpara situada en la zona de comedor.

Una intervención en la que, a modo de resumen, cabe destacar, por parte del estudio de Tomás Ivorra, la satisfacción del cliente al haber aprovechado al máximo toda la carpintería de ventanas y puertas, y la integración de las diversas instalaciones en el diseño de la vivienda.