Cocinas domóticas, que mantienen su "esencia" como lugar de reunión familiar y con un fuerte componente práctico, son las que propone la interiorista Lluisa Deulonder, en las que se aprecia una clara apuesta por la "sobriedad" y la "elegancia".

En la nueva edición de Casa Decor, el estudio de interiorismo Deulonder, especialista en cocinas, realiza una propuesta amplia y luminosa de una cocina, un comedor de diario y un espacio para lavar y planchar.

Un concepto en el que las tres zonas se visualizan, pero se mantienen separadas mediante mamparas acristaladas, aunque manteniéndolas independientes, con pavimento sintético que simula madera, un elemento que aporta calidez, pero al mismo tiempo se trata de un material muy resistente.

Lluisa Deulonder advierte que la "circulación" es un factor clave de la distribución y para ello ha previsto cuatro pasos de puerta. Junto al gran frigorífico está el acceso a la despensa, mientras que en el cuarto de lavar se ha ubicado la lavadora, la secadora, el lavadero y un espacio para tender dentro un armario especial ventilado, un clásico de sus proyectos.

"Hacemos cocinas para cocinar", dice para definir el concepto de sus proyectos que comparte con Chone de la Sotilla; "muy prácticas, acogedoras y que crean ambientes de familia", la razón fundamental por la que siempre integra una mesa, incluso cuando son pequeñas o se trata de apartamentos: "una barra" en la que poder tomar un café es la solución.

Indica que su intención principal es mantener la "secuencia de trabajo", con el fin de que la funcionalidad sea la clave.

"A veces, las cocinas están diseñadas por personas que no cocinan" y la imagen que resulta puede ser muy agradable, pero no hay relación entre dónde se trabaja y el lugar donde se guardan los cuchillos o las especies o -añade- el cubo de basura. Cada elemento debe de estar ubicado en el lugar idóneo".

"Un sitio para cada cosa y cada cosa en su sitio" es el lema que aplica. Cada uno de los cajones, gavetas o puertas ofrece diferentes y variadas soluciones para cada necesidad: guardar las bandejas, los libros de cocina, el jabón del lavaplatos o las infusiones.

Intemporalidad

Otro de sus objetivos es buscar la "intemporalidad" y para ello utiliza colores muy "sosegados", que aporten paz y tranquilidad. "Nunca te cansas de un beige", del gris o incluso un juego en "blanco y negro", y señala que jamás utilizaría el rojo, el amarillo o el verde en sus espacios.

"Las cocinas no se cambian como un sofá, y no se puede experimentar con colores tan fuertes", comenta la autora de "La cocina y otros espacios domésticos" (Editorial Gustavo Gili), quien añade que siempre se debe mantener un punto de "elegancia".

Le gustan las cocinas integradas en la casa y para ello introduce materiales idénticos como el mismo pavimento o el mismo color de las paredes, "no tiene porqué saltar de gama cromática".

Le gusta el acero y el granito, las líneas rectas y puertas de cristal en los muebles superiores, en una apuesta clara por la "sobriedad". Descarta encimeras de materiales porosos y más que eliminar rehúsa mezclar muchos materiales "potentes".

A pesar de su aparente clasicismo, la domótica forma parte de su estructura y se incorpora a todos los electrodomésticos, además de a la luz ambiente y a la apertura y cierre de las persianas.