JORGE ÁLVAREZ | VIGO

Otro año más la maquinaria de Gran Hermano se ha puesto en marcha en Telecinco. Diecisiete concursantes entraban anoche en la archifamosa casa de Guadalix de la Sierra. Entre los nuevos inquilinos de la vivienda se encuentra Hugo, un estudiante de 18 años que vive en Bueu y que, acompañado de su cabra Rubia, espera llevarse el premio final del programa para ayudar a su familia.

"Yo estudio y ella está en el paro", se presentaba ante la audiencia el pontevedrés mientras sujetaba con una cuerda a su cabra, la gran sensación de la noche. "Hacemos un equipo perfecto para ganar el concurso", confesaba en otro tramo de su introducción. Mientras, su madre Teresa lamentaba que su hijo fuese más atento con el animal con su madre. "Recuerda más su cumpleaños", confesaba al tiempo que constataba su descontento con la mascota y defendía el buen corazón y fondo de su hijo.

Como el resto de los concursantes, Hugo destaca en el currículum de presentación los aspectos más importantes de su vida. Asegura ser un joven "bruto, gamberro, muy vago y muy golfo". Con novia desde hace cinco meses, el pontevedrés vivirá separada de ella durante los próximos meses. Pese a esa separación, y según se define en su perfil es un joven de relaciones cortas. "Ligo demasiado", dice.

Precisamente en su vídeo de presentación hacía hincapié en el hecho de que no le va mal en el amor y definía a su mujer tipo. Incluso, llegó a confesar un recurso infalible para triunfar en el amor. "Mi piropo más conocido es: ¡Eh guapa! ¿Cómo te llamas? Que te pido para Reyes" revelaba ante los seguidores del primer programa de Gran Hermano 15.

A la caza del tesoro con Rubia, su cabra

Hugo vivirá su aventura acompañado de su inseparable amiga Rubia. Fiel escudera cual Sancho Panza o Algarrobo, su entrada en Gran Hermano la convertía en todo un fenómeno televisivo aunque no dejaba de causar desasosiego en su propietario. "Me preocupa que se enfade dentro de la casa y dé cabezazos. Casi nunca me pasó, sólo ayer con un niña", aseguraba el joven de Bueu. Heroína de la noche, Rubia protagonizó algunos de los momentos más hilarantes de la gala.

Pese a la presentación en sociedad televisviva, no es la primera vez que el gallego exhibe a su mascota ante el gran público. Ya en uno de sus perfiles en redes sociales, en el que se confiesa amante de los animales, aparecía en su finca de Bueu junto a Rubia.

Por delante quedan varios meses de Gran Hermano en los que los concursantes del programa vivirán la experiencia en compañía. Diecisiete participantes entre los que podemos encontrar un taxista y una joven musulmana; un torero y su apoderado; una camarera de discoteca o dos limpiadoras contratadas por el programa que terciarán en la lucha por llevarse a casa los 300.000 euros de premio que ganará el triunfador de esta última edición.