Sus comienzos como presentadora, o sus papeles en "Periodistas" o "Los Serrano", fueron para ella años de enseñanza previos a su desembarco en el cine de la mano de Alejandro Amenábar.

Con él, aunque esta vez como productor, regresará próximamente a la gran pantalla en "El mal ajeno", un thriller fantástico dirigido por el debutante Óskar Santos que cuenta la historia de Diego, un médico que es acusado de estar detrás del intento de suicidio de una de sus pacientes.

"Se trata de una película muy especial, hay que tener mucho cuidado de lo que desvelas porque es importante que el espectador vaya completamente virgen", ha explicado la actriz, muy reservada a la hora de dar detalles sobre su papel de mujer alcohólica junto a Eduardo Noriega.

Para Rueda, tener a Amenábar como padrino "es un aval seguro" y un motivo para no sentir miedo o presión por las comparaciones con "Mar Adentro" -Goya a la mejor actriz revelación para ella y Óscar a la mejor película extranjera para Amenabar- y "El orfanato", premiada ópera prima de Juan Antonio Bayona.

En el cine, el temor reside en "estar a la altura del guión" -dice-, un punto en el que se encuentra ahora mismo al enfrentarse a varios textos nuevos que no se creerá "hasta que esté rodando". "La crisis afecta a todos los sectores y se tarda un poquito más de tiempo en conseguir la financiación", explica.

Sin desvelar, por el momento, directores ni títulos, Rueda se encuentra ya "volcada" en la preparación de estos trabajos, a los que no parece dispuesta a renunciar por mucho que anhele una vuelta al medio en el que se forjó, la televisión.

"Me apetece muchísimo, pero si haces una serie de ficción que funcione, sabes que durante tres o cuatro años vas a estar comprometida", justifica la actriz, que gracias al "buen momento" que atraviesa puede elegir no sólo entre los guiones para la pequeña y la gran pantalla, sino también los teatrales, donde debutó con el montaje "Closer".

A lo que no duda en decir un "no" rotundo es a rescatar su faceta de presentadora, no por arrogancia, sino por incapacidad. "Es un trabajo muy difícil, siento auténtico pánico escénico", confiesa.

Así, sus elecciones -que se fijan en el proyecto y no en el medio, subraya- navegan entre el teatro, el cine y la televisión, "cuyas fronteras se están desvaneciendo" contribuyendo a que los intérpretes prueben sus capacidades y límites.

Rodar en inglés al lado de Julianne Moore en "Savage Grace" fue uno de sus últimos retos, una experiencia muy buena pero que, no obstante, no parece empujarla a seguir los pasos de la también madrileña Penélope Cruz: "¿Trabajar fuera? Si y no, mi vida está aquí, me cuesta pasar largas temporadas fuera".

Uno de los motivos de este apego son sus hijas, a las que nombra cuando recuerda su doblaje de la "sexy y mandona" hipopótamo Gloria en la cinta de animación "Madagascar 2", que acaba de publicarse en en DVD.

"Cuando tienes hijos hacer un doblaje como éste tiene repercusión en tu familia", dice la actriz, entusiasmada con un trabajo interpretativo en el que de poco vale su tendencia a gesticular o su físico y que tiene dosis de humor tanto para niños como para adultos.

"Me encanta que ahora que vivimos en una cultura del físico y la delgadez, lo que llama la atención es que tiene un buen trasero", exclama entre risas al hablar de Gloria, un colorista y atípico ingrediente en una carrera que ella espera continúe por el camino de lo "coherente" y lo "digno".