Así lo han puesto hoy de manifiesto varios de los participantes en un encuentro organizado en Madrid por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), que aprovecha la vuelta a casa por Navidad de estos jóvenes investigadores para reunirlos con otros colegas, empresas e instituciones, de cara a su posible retorno.

Uno de estos científicos, David Sancho, que trabaja en el Centro de Investigación contra el Cáncer del Reino Unido, ha señalado que en aquel país "se vive peor que en España", pero es "increíble" poder trabajar allí, porque no hay limitación en medios materiales.

"España podría llegar a ser la California de Europa" si la sociedad española se implicara más, señaló, y "en vez de jugar en la segunda o la tercera división de la ciencia, podríamos hacerlo en primera".

El investigador puso como ejemplo que los británicos destinan 13 euros per cápita al año a la investigación contra el cáncer, mientras que los españoles aportan 70 céntimos, pero se mostró seguro de que, si se les preguntara, no les importaría aportar más.

Para María Dolores Mayán, una gallega de 30 años que trabaja en el Medical Research Council británico, ha explicado que lo "malo" de España es que existen buenos centros de investigación, -como el CNIO y el CNIC-, pero son muy pocos y muy localizados en Madrid y Barcelona, principalmente, mientras que en Inglaterra prácticamente los hay en todas las ciudades.

La investigadora ha recordado lo "difícil" que es a un científico de poco más de 30 años, como tienen la mayoría de los que han acudido al encuentro, volver a España y formar una familia "renunciando a mucho nivel profesional".

Julio Sáez, que actualmente alterna su trabajo entre la Escuela Médica de Harvard y el Instituto de Tecnología de Massachusetts (EEUU), ha comentado la paradoja de las grandes facilidades y recursos para estudiar que ofrece España y los pocos centros y medios para investigar cuando finaliza su preparación.

En Estados Unidos, señaló, cuesta "una millonada" estudiar la carrera, pero al terminar "te dan todas las facilidades para integrarte en los equipos de investigación y las empresas".

Sáez ha señalado a Efe que hay que desmitificar la imagen de universidades como la de Harvard, ya que allí hay gente "muy normal y no se trabaja más que aquí", pero sí son más eficientes, y no existen ni la rigidez ni las trabas presupuestarias y burocráticas del sistema español.

Por su parte, Francisco León, un médico que ganó el premio a la mejor residencia de su promoción, tuvo que marcharse hace 6 años a Estados Unidos para poder desarrollar las aplicaciones clínicas, ya que en España "empieza a haber un buen nivel en investigación básica pero no aplicada".

León estuvo en el Instituto Nacional de Salud en Washington -y todavía recuerda su churrería, donde con un chocolate mitigaba la añoranza de su tierra- y posteriormente pasó a la empresa farmacéutica.

Al joven investigador le ha llamado la atención que en el tablón de anuncios del Centro Nacional de Biotecnología, donde se ha celebrado el encuentro, se indicara que esta institución tiene 75 patentes, mientras que en la empresa en la que trabaja actualmente, con apenas tres años de vida, llevan ya 130.

"Las cosas están mejorando", añadió, y explicó que desde que él se fue las empresas biotecnológicas españolas han pasado de 20 a 250, aunque Estados Unidos sigue siendo "otro mundo", con fondos ilimitados para la investigación y con unos "servicios centrales" de expertos que proporcionan ayuda específica para lo que necesites.

Ainara Vallejo, que inicialmente se fue a la Universidad de California con una beca "pos-doc" del Pais Vasco y ahora ya está financiada por sus propios jefes, ha destacado el "respeto que tienen al científico fuera, tanto a nivel académico como la sociedad".

Los contratos Ramón y Cajal a nivel nacional, y programas como Icrea en Cataluña o Ikerbaske en el País Vasco, son las puertas para que los jóvenes investigadores puedan regresar, señaló.

Ainara, mientras daba de comer a su bebé durante el encuentro, coincidió con el deseo de sus compañeros de, a su debido tiempo "y a pesar de las dificultades", volver a España.