A diferencia de las adaptaciones cinematográficas, las cuales todavía no han encontrado la receta para trasladarse honestamente hasta las consolas, los juegos basados en comics gozan de una excelente salud. El máximo exponente del buen momento que vive el género lo encontramos en uno de los mejores juegos que han pasado por consola en los últimos años, Batman: Arkham City, el cual y en combinación con el caballero oscuro Christopher Nolan, debe prácticamente la totalidad de la notable acogida que actualmente tiene cualquier producto relacionado con el veterano detective. El éxito cosechado por Arkham City fue tal que logró llamar poderosamente la atención a los titulares de los despachos donde se mueven los hilos de la industria audiovisual en general; el ejemplo más claro lo encontramos en la intención de Rocksteady, estudio propiedad de Warner Bros. de crear un juego más ambicioso, tanto que debe ser capaz de eclipsar la figura del protagonista, el mismo Batman en su mejor momento.

Jugabilidad

La intención de Waner Bros Games y Rocksteady Studio, de restar protagonismo al caballero oscuro para dejar gran parte de la responsabilidad del funcionamiento del juego en la propia Arkham City es un acierto en toda regla, ya que la icónica y respetada imagen del Caballero Oscuro queda relegada a los caprichos de la ciudad-prisión y sus particulares moradores. De todos modos encontramos los mismos elementos con lo que triunfaba la entrega original, con un escenario mucho más grande y potente en todos los sentidos, contamos con un extenso y cuidado plantel de villanos, nuevas habilidades, un nuevo personaje jugable y todo el carácter épico que emanaba de la primera entrega.

A diferencia de la corriente que asegura que con una simple expansión de un tiempo determinado podemos crear un producto de éxito comercial, en Rocksteady han querido mejorar la fórmula dotando de vida propia al escenario donde se desarrolla la aventura, obligando al jugador a estar siempre pendiente de lo que ocurre a su alrededor, ya que las situaciones varían según se desarrollan los acontecimientos dentro del nuevo “hogar” de los matones, gánsteres y demás mentes criminales de Gotham City.

Aunque en esta ocasión se puede atravesar desde el cielo a base de surcar edificios un mapeado cinco veces superior en extensión al original, la ciudad se mueve a pie de calle. Con una metrópoli criminal cerrada donde los ciudadanos con algún antecedente penal se envían a prisión, y con una cárcel sitiada dentro de la misma ciudad por el Alcalde Sharp, Gotham se desmorona bajo un estado policial. De este modo y enmarcada en un ruinoso distrito de Gotham, la aventura continua con la trama de la historia original, además de ofrecernos una serie de misiones secundarias que debemos cumplir para mantener estable el caos que se vive en el recinto. Aunque algunas tareas son fáciles de cumplir, siempre dependiendo de la fase del juego en la que las afrontemos, el caballero oscuro también tiene que vérselas con enemigos mucho más peligrosos como Zsasz o Azrael en tramas paralelas.

Destacar que aunque no es necesario completar estos desafíos secundarios, su resolución supone una excelente manera de extender, y mucho, el tiempo de juego. Por otro lado, aunque sea posible controlar a Batman o Catwoman, la dirección jugable es la misma: derrotar todos a todos los enemigos para obtener la mayor puntuación posible y continuar con la tarea encomendada.

Hay que recordar que Arkham City es un recinto dominado y controlado por lo más granado de las mentes criminales del lugar, de modo que es natural encontrar disputas de poder en los distintos territorios que alcanza el recinto. Para que la sensación de realidad se hiciera más palpable, se han dividido las pandillas criminales en referencia a sus jefes, es decir, los matones del Joker van pintados como payasos, los acólitos de Dos Caras esconden su rosto con una máscara de látex deformada, etc. Este detalle que puede parecer irrelevante convierte a la ciudad en un hervidero de violencia por el control de los territorios que imprime un extra de tensión durante todo el desarrollo de la experiencia. Además logra crear un desarrollo genérico de la ciudad más interesante, al que también se han añadido una enorme cantidad de elementos ocultos y secretos, listos para ser desvelados a fuerza de rompecabezas con distintos niveles de dificultad. Otro acierto es la posibilidad de marcar en el mapa la situación de los objetos y trofeos encontrados que no hemos podido recolectar, para regresar con mayor cantidad de tiempo o paciencia. Otro de los elementos que han mejorado significativamente han sido los referentes al sistema de vuelo del primer juego. Ahora el control pasa por ser mucho más completo, permitiendo “volar” aprovechando las corrientes de aire para surcar los cielos como un auténtico murciélago, habilidad que se puede mejorar completando desafíos de Realidad Aumentada, otra novedad que amplía el número de tiempo de juego.

Conocer la ciudad controlando a la gata también es muy diferente, además de ofrecer los momentos más interesantes de exploración. A diferencia de Batman, Catwoman utiliza un látigo y su velocidad felina para alcanzar los tejados de los edificios, aunque lo más interesante es el tempo que marca moverse con el personaje, ya que gana muchos enteros en velocidad, plasticidad y estilo.