La Policía Nacional investiga si el enfermero acusado de envenenar a su pareja con talio, Iván R. A., pudo conseguir el veneno que acabó con la vida de su pareja fuera de Gran Canaria. Algunas hipótesis en las que trabajan los investigadores apuntan a la posibilidad de que el detenido, que se encuentra en prisión provisional, pudiera adquirir el talio en la localidad natal de la víctima, Granada, un lugar en el que se han producido algunos de los contados envenenamientos por este metal que se han registrado en la historia de España.

La investigación por el envenenamiento de Laura Aróstegui no puede confirmar en estos momentos que el enfermero acusado, trabajador del Hospital Insular de Gran Canaria, se incautara de talio en las citadas dependencias sanitarias. De hecho, la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias emitió un comunicado público el pasado martes en el que aseguraba que el Insular no compra talio desde 2003, si bien no precisó si dispone del metal tóxico en el centro, un producto que se utiliza en hospitales en tratamientos para la detección de tumores, especialmente.

Pendientes de declarar en el juzgado, los testigos del hospital que supuestamente vieron al enfermero salir de la farmacia del Insular no han podido atestiguar que el acusado tuviera acceso al metal pesado, que posteriormente fue detectado en el organismo de su pareja.