Los relojes se atrasarán el próximo domingo (a las 03.00 serán las 02.00 horas) para recuperar así el horario de invierno, una medida para todos los países de la Unión Europea que tiene como fin el ahorro de energía y se realiza siempre el último domingo de octubre.

Según estimaciones del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), España podría reducir hasta un cinco por ciento su consumo de electricidad con el cambio de horario, lo que equivaldría a unos 300 millones de euros.

Esta entidad pública, dependiente del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio calcula que, de esos 300 millones, 90 millones corresponderían a los hogares, lo que supone una media de seis euros por vivienda, y los otros 210 se podrían reducir con el ahorro energético en los edificios del sector terciario y en la industria.

La responsable del Programa de Cambio Climático de WWF España, Mar Asunción, ha asegurado que "el cambio de hora no supone un ahorro energético significativo, porque en España lo que se ahorra por las mañanas se gasta en iluminación durante las tardes".

El impacto de esta medida es diferente según las diferentes latitudes y, "aunque puede ser efectiva en los países del norte de Europa, en España serían necesarias políticas estructurales que incentiven el ahorro y penalicen el derroche que se produce sobre todo en iluminación y en climatización", ha añadido.

Según los estudios de la Unión Europea, la medida tiene "impactos positivos no sólo sobre el ahorro sino sobre otros sectores como el transporte, las comunicaciones, la seguridad vial, las condiciones de trabajo y los modos de vida, la salud, el turismo o el ocio".