Una compañía israelí ha desarrollado un dispositivo que se vale de espejos y lentes para focalizar la intensidad de la luz del sol produciendo mucha más electricidad que las tradicionales placas solares de silicio y a un precio menor.

En la actualidad más de un millón de hogares en Israel, donde viven 7,4 millones de personas, cuentan con paneles solares para calentar el agua, práctica que se generalizó después de la guerra árabe-israelí de 1973 cuando se dispararon los precios del petróleo.

A partir de los noventa los edificios residenciales de nuevhina y países emergentes del Tercer Mundo.